En medio de una situación tensa en Venezuela, el gobierno de Javier Milei se mantiene alerta ante los recientes acontecimientos que involucran la represión del régimen de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello. Con un gendarme argentino secuestrado y la Embajada de Argentina en Caracas sitiada, las relaciones diplomáticas entre ambos países se encuentran en un punto crítico. A pesar de las provocaciones constantes desde el régimen chavista, el gobierno argentino sigue de cerca los desarrollos, buscando evitar caer en el juego de tensiones políticas, mientras mantiene firme su postura sobre la legitimidad de las elecciones presidenciales de julio pasado en Venezuela.
La oposición venezolana exige el reconocimiento del veredicto electoral
Este jueves y viernes, Venezuela se encuentra en una jornada crucial con el gobierno de Milei vigilando de cerca las movilizaciones en las calles. Miles de venezolanos exigen la aceptación del veredicto electoral que dio la victoria a Edmundo González Urrutia, el legítimo ganador de las elecciones presidenciales del 28 de julio, quien obtuvo el 67% de los votos frente al 30% de Nicolás Maduro.
El gobierno de Maduro ha desplegado su aparato represivo, con militares, policías y grupos paramilitares en las calles, buscando sofocar las manifestaciones y disuadir cualquier intento de desobediencia civil. No obstante, la oposición, con el apoyo de la comunidad internacional, sigue movilizándose en busca de justicia y democracia. Además, se ha confirmado que María Corina Machado, líder opositora con orden de captura, planea salir de la clandestinidad para liderar las protestas.
Situación diplomática con Argentina y la detención de un gendarme argentino
La situación se complica aún más para Argentina, que enfrenta la detención de un gendarme, Nahuel Agustín Gallo, quien fue arrestado bajo acusaciones de terrorismo al ingresar a Venezuela. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, cuestionó el riesgo que representa enviar a la selección argentina de fútbol Sub-20 al Sudamericano que se disputará en Venezuela entre el 23 de enero y el 16 de febrero, debido a la posibilidad de que los jugadores puedan ser detenidos o secuestrados, tal como sucedió con Gallo.
La tensión se intensifica a medida que el gobierno argentino mantiene contacto con líderes de la oposición venezolana y con actores internacionales para continuar presionando al régimen de Maduro, buscando garantizar el respeto por la voluntad soberana del pueblo venezolano y la libertad de sus ciudadanos. Las protestas de los venezolanos en Argentina también continuarán, con una convocatoria para este jueves a las 17 horas en Plaza de Mayo, donde exigirán el respeto por los resultados de las elecciones y el fin de la dictadura de Maduro.
“Este día quedará registrado en la historia como el día en que Venezuela dijo basta”, expresó Elisa Trotta, del Foro Argentino para la Defensa de la Democracia, en apoyo a la lucha de los venezolanos por la democracia.