La noticia de la retirada de Ron DeSantis de la contienda presidencial republicana sorprendió el domingo 21 de enero, luego de su desempeño en el reciente caucus de Iowa, donde fue superado significativamente por el ex presidente Donald Trump. El gobernador de Florida anunció su decisión en la red X, tan solo tres días antes de las elecciones en New Hampshire, donde las encuestas lo situaban en el tercer lugar, detrás de la ex embajadora de Estados Unidos en Naciones Unidas, Nikki Haley.

DeSantis, quien podría haberse convertido en el primer presidente estadounidense con raíces italianas, expresó su resignación ante la falta de un claro camino hacia la victoria. A pesar de sus desacuerdos con Trump en temas como la pandemia y el nombramiento de Anthony Fauci, DeSantis manifestó su respaldo al ex presidente, cumpliendo con su compromiso de apoyar al candidato republicano. Sin embargo, dejó claro que no desea volver a la vieja guardia republicana ni al corporativismo que representa Haley.

La retirada de DeSantis deja a Nikki Haley como la única alternativa seria a Trump en la carrera presidencial republicana. Después de los resultados en New Hampshire, la votación en el Estado del Atlántico será crucial para determinar la posición de Haley. La derrota de DeSantis en Iowa resultó ser un golpe devastador para la prometedora carrera del gobernador de Florida, quien quizás tardó demasiado en atacar al expresidente.

Las acusaciones judiciales contra Trump en varios estados parecen no haber afectado su popularidad entre los conservadores, pero surge la duda de si será el candidato adecuado para atraer a los independientes, especialmente después de las derrotas republicanas en 2020 y la pérdida del Senado en las elecciones de 2022.