Una caravana migrante que partió el viernes pasado de Tapachula, en el sur de México, rumbo a Estados Unidos se disolvió el domingo (03.04.2022), luego de que autoridades mexicanas acordaran agilizar los trámites migratorios de sus integrantes.
Luis García Villagrán, un activista que acompaña a los migrantes, dijo que las autoridades acordaron trasladar a poco más de 200 personas -principalmente de Venezuela, Colombia, Cuba, Nicaragua, entre otros países- a los estados de Tabasco y Oaxaca, en el sur del país, para sus trámites.
El grupo había salido el pasado 1 de abril con el objetivo de llegar a la frontera con Estados Unidos, aunque ese mismo día se enfrentaron con piedras y palos a agentes de la Guardia Nacional y del Instituto Nacional de Migración (INM).
Tras ese enfrentamiento, varios migrantes se cosieron los labios para exigir que las autoridades les otorgaran documentos que les permitieran transitar por territorio mexicano.
El INM pidió en un comunicado a los migrantes no autolesionarse “ni convertirse en rehenes de los intereses de terceros, quienes dicen defender sus derechos humanos, pero los motivan a cometer acciones que dañan su integridad física y psicológica”.
Señaló que las leyes y normas mexicanas en la materia establecen rutas e instancias de atención para mantener una migración segura, ordenada y regular.
La estrategia del gobierno de México ha sido montar retenes en el camino de los migrantes, sobre todo en Chiapas, fronterizo con Guatemala, para detener su avance.
El número de personas que intentan llegar a Estados Unidos aumentó con la llegada del demócrata Joe Biden a la Casa Blanca en enero de 2021.
Quienes buscan ingresar por la frontera sur enfrentan en México numerosos peligros, ante el acecho de criminales y de traficantes de personas que los trasladan en condiciones infrahumanas.
El 9 de diciembre pasado, un tráiler que trasladaba a 160 migrantes irregulares chocó contra un puente peatonal en una carretera de Chiapas dejando 56 fallecidos.
gs (afp, efe)