A pesar de que en Marbella se celebra con champagne, en Santiago del Estero, durante el primer debate presidencial argentino, el llamado “escándalo Insaurralde” no tuvo el impacto esperado. Tampoco el “Caso Chocolate”, relacionado con el uso indebido de tarjetas de débito por parte de Julio Rigau, un empleado de la Legislatura bonaerense. Sergio Massa, candidato de Unión por la Patria, sobrevivió al debate manteniéndose en silencio y presentando anuncios. También ofreció disculpas y evitó tomar riesgos. Patricia Bullrich, de Juntos por el Cambio, desapareció rápidamente del escenario debido a la presión de Massa y Milei, quienes insistieron en que no pudo explicar su propuesta económica.
Juan Schiaretti, de Hacemos por Nuestro País, habló sobre federalismo pero destacó constantemente su provincia, Córdoba. Milei le preguntó si estaría dispuesto a unirse a su espacio, a lo que Schiaretti respondió que sí, pero sin afectar a Córdoba. Myriam Bregman, candidata del Frente de la Izquierda y los Trabajadores – Unidad, criticó a sus oponentes por su falta de preparación y preguntó a Milei si negar la brecha salarial de género era machismo o ignorancia.
El debate, con un índice de audiencia del 42%, abordó temas como economía, educación, derechos humanos y convivencia democrática. El próximo debate se llevará a cabo en la Universidad de Buenos Aires y tratará sobre seguridad, trabajo y producción, así como desarrollo humano, vivienda y protección del medio ambiente.
Se destacó un momento en el debate cuando Massa instó a Milei a pedir disculpas al Papa Francisco por insultarlo públicamente. Milei respondió que ya había pedido perdón, pero los micrófonos estaban apagados para todos los participantes, lo que generó quejas por parte de Milei.
Javier Milei, conocido por sus posturas económicas, se centró en sus propuestas para dolarizar la economía argentina, mientras que Massa presentó soluciones para la inflación, problemas tributarios y la fuga de capitales, incluyendo la creación de una “moneda digital argentina”. Bullrich prometió acabar con la inflación, pero no ofreció detalles de su programa económico.
En el bloque de educación, Milei sorprendentemente no mencionó su propuesta de vouchers educativos, en lugar de eso, habló de la creación de un nuevo ministerio de Capital Humano. Bullrich también se centró en la educación y expresó su interés en reconocer a las víctimas de las organizaciones armadas. Myriam Bregman criticó a Bullrich y a Milei, mientras que Massa presentó sus planes para mejorar la educación.
En el bloque final sobre derechos humanos y convivencia democrática, Bullrich abogó por el reconocimiento de las víctimas de las organizaciones armadas. Milei defendió su postura sobre la cifra de desaparecidos durante la dictadura, mientras que Massa reafirmó su compromiso con la verdad, la memoria y la justicia. Myriam Bregman enumeró problemas sociales y acusó a Bullrich de promover políticas represivas.