La “Liga de intendentes” peronistas del Gran Buenos Aires está compuesta por los líderes municipales más influyentes de la mayoría de los 24 partidos del Conurbano. Estos líderes suelen tener dos debilidades notables: una intensa actividad política constante y el temor constante a quedar al margen de las decisiones o a ser traicionados.

Durante al menos cinco años, Martín Insaurralde ha sido considerado el “líder de estos líderes” peronistas. Es conocido por su afabilidad, sonrisa amigable y buenos modales, pero también por su naturaleza inestable y ciclotímica. Es un individuo seductor y mujeriego, pero también muestra una inclinación compulsiva hacia el dinero y los lujos, una característica compartida por varios de sus amigos en la política peronista y kirchnerista.

El escándalo de las fotos en Marbella, que muestra a Insaurralde junto a una modelo e influencer, ha puesto de manifiesto la acumulación desmedida de poder en la política peronista. Este incidente podría tener consecuencias para parte de la “casta” política que lo respaldó.

Aquellos que lo catapultaron como líder ahora están preocupados y, a pesar de ser políticos, parecen haber sentido algo llamado vergüenza. Esto ha llevado a cuestionar si no estaban al tanto de sus excesos, gastos y acumulación de dinero. La respuesta es que sí, lo sabían.

Uno de los mejores amigos políticos de Insaurralde es Máximo Kirchner, con quien comparte el gusto por el dinero como forma de poder. Si bien sus gustos personales pueden diferir, ambos creen que acumular riqueza es sinónimo de acumular poder.

La sociedad entre Insaurralde y Máximo se consolidó debido a un resultado beneficioso para ambos. Máximo Kirchner nunca logró establecer una buena relación con los intendentes del PJ, y Insaurralde resolvió este problema al alinear a la mayoría de ellos en la construcción del poder en el Conurbano.

Este escándalo amenaza con socavar todo lo que han construido bajo el liderazgo de Martín y Máximo, y la reacción de los intendentes ante esta situación es de preocupación. Algunos incluso cuestionan si fue una buena idea entregar el control del PJ a Máximo Kirchner. En resumen, el futuro del liderazgo de Insaurralde y su posición en la política peronista está en tela de juicio.