Es una de las mayores creaciones del ser humano y el equipo tecnológico más avanzado que jamás hemos lanzado al espacio, de ahí que las esperanzas en el James Webb sean tan grandes. De momento está cumpliendo con su cometido.
Mucho hemos hablado del James Webb, y mucho más nos queda por decir sobre él. Desde que se comenzase a fabricar, hace ya dos décadas, y tras los 14 años de retrasos continuos, el James Webb tiene la misión de darnos las mejores fotografías del universo jamás tomadas.
Y con esas fotografías los astrónomos y científicos en general (físicos principalmente) quieren hacerse una idea más precisa de cómo es el universo, de cómo se formó y, de paso, despejar algunas dudas sobre cuestiones algo complejas (como los agujeros negros).
Pero, ¿cómo se formó el universo? La teoría que prevalece es que todo comenzó con el Big Bang. En pocas palabras, la teoría sugiere que todo, en todas partes, estalló de repente a la vida. Desde hace años los científicos están más o menos de acuerdo con esto.
Telescopio James Webb de la NASA
NASA GSFC/CIL/Adriana Manrique Gutierrez
La teoría del Big Bang es actualmente el mejor modelo que tenemos para el nacimiento de nuestro universo. Los astrofísicos han demostrado que la teoría explica, de forma bastante exhaustiva, los fenómenos que hemos observado en el espacio durante décadas, como la persistente radiación de fondo y las abundancias elementales.
Es un marco robusto que nos da una idea bastante buena de cómo surgió el cosmos hace unos 13.800 millones de años. Por cierto, así es como podría terminar el universos, sus posibles finales.
Sin embargo, con la avalancha de artículos de preimpresión y de divulgación científica sobre las primeras imágenes del telescopio espacial James Webb, en las últimas semanas están circulando por las redes sociales y la prensa viejas afirmaciones erróneas de que el Big Bang nunca ocurrió.
Y esto no es cierto. El James Webb no ha aportado pruebas que refuten la teoría del Big Bang y los cosmólogos no están entrando en pánico. ¿Por qué, entonces, estamos viendo mensajes virales en las redes sociales y titulares curiosos que sugieren que el Big Bang no ocurrió en absoluto?
Todo comenzó con un artículo en el Instituto de Arte e Ideas (IAI), una organización filosófica británica, el 11 de agosto. El artículo fue escrito por Eric Lerner, que lleva mucho tiempo argumentando en contra de la teoría del Big Bang.
Este artículo con un titular provocativo en el IAI también está relacionado con un próximo debate en el que participa Lerner, dirigido por el IAI, denominado “La Cosmología y el Big Bang”.
El artículo de Lerner cobró fuerza en las redes sociales, siendo compartido ampliamente en Twitter y en Facebook, durante la última semana. Es lógico que se haya incendiado: es una idea controvertida que pone en duda lo que creemos saber sobre el cosmos.
Además, está vinculada a una nueva tecnología en James Webb, un telescopio que ve partes del universo que nunca antes habíamos podido ver. Incluir al Webb como gancho de la noticia sugiere que hay nuevos datos que anulan una teoría de larga data.
Y si bien hay datos nuevos e intrigantes que surgen del JWST, ninguno son del tipo que podría deshacer la teoría del Big Bang. La mayor parte de estos nuevos datos llegan al público en forma de preimpresiones científicas, artículos que aún no han sido sometidos a la revisión de los pares y que carecen de validez científica.
La comunidad científica rechaza de pleno estas teorías, mientras siguen expectantes a que el James Webb arroje nueva luz sobre nuestro universo. Las teorías del mañana dependen de lo que descubramos hoy.