El futuro electoral del Municipio más grande de la Primera Sección Electoral de Buenos Aires está en peligro, y este riesgo se extiende por todo el Conurbano. Los intendentes peronistas comparten su preocupación por el escenario electoral que se avecina. Un importante jefe comunal del Segundo Cordón, que antes fuera parte de la Liga de Intendentes liderada por Martín Insaurralde, revela sus temores sobre lo que se anticipa como una elección desafiante.

El Municipio de Merlo, ubicado en la Primera Sección Electoral y con una población que supera los 4 millones de votantes, está en el centro de esta preocupación. Históricamente bajo el control del peronismo, el intendente Gustavo Menéndez se encuentra en una situación delicada, ya que ha dejado a su hermana Karina a cargo de la administración y la votación de medio término en 2021 fue la peor en la historia del peronismo en Merlo. Con la amenaza de una vendetta por parte de Raúl Othacehé, un influyente cacique del Gran Buenos Aires, Menéndez podría perder una parte significativa de su apoyo.

El escenario electoral también se complica para otros intendentes peronistas del Conurbano. Algunos anticipan dificultades en José C. Paz y Hurlingham, donde se vislumbra, en el mejor de los casos, una mala elección. En Ituzaingó, Pablo Descalzo busca mantener el control en manos del peronismo, pero enfrenta desafíos debido a una potencial mejora en el desempeño de la oposición. La incertidumbre también rodea a Fernando Espinoza en La Matanza, mientras que los intendentes del GBA se preparan para un “festival del corte” en las boletas.

Por último, Lomas de Zamora presenta su propio conjunto de desafíos, con el candidato oficialista, Federico Otermín, lidiando con los golpes políticos sufridos por su jefe Insaurralde y el escándalo de corrupción en la Cámara de Diputados que él supervisa. A pesar de estos obstáculos, Otermín sigue en carrera, demostrando su determinación en medio de un escenario electoral incierto.

El futuro político en el Conurbano se presenta como un desafío para los intendentes peronistas, quienes se preparan para enfrentar una elección de alto riesgo en una de las regiones más influyentes de Argentina.