Las últimas horas han sido de intenso análisis y evaluación en el entorno del presidente Javier Milei, cuya reacción ante el retiro de la Ley Ómnibus en el Congreso ha sido descrita como una mezcla de enojo y determinación. Mientras desde Israel, donde se encuentra de gira, Milei lanzó críticas contundentes contra los diputados de la oposición, acusándolos de desarticular el proyecto y tachándolos de “delincuentes” que “roban a los argentinos”, en la intimidad, el tono es aún más duro, según fuentes cercanas.
El presidente ha dejado en claro que no se descarta ninguna opción ante esta situación. Desde la comitiva oficial, se confirma que Milei está considerando seriamente la posibilidad de solicitar la renuncia de los funcionarios provinciales que responden a los gobernadores, a quienes culpa de no cumplir los acuerdos previamente establecidos. Esta medida, de ser llevada a cabo, tendría implicaciones significativas en el tablero político del país.
“No se descarta ninguna opción”, aseguran fuentes inobjetables, quienes indican que Milei analizará minuciosamente la situación de cada uno de sus colaboradores antes de tomar una decisión final. El revés en el Congreso ha sacudido los cimientos del gobierno, y el presidente no está dispuesto a pasar por alto lo que considera una falta de lealtad por parte de algunos sectores políticos.
Los nombres de varios gobernadores y funcionarios provinciales han sido mencionados en este contexto. Entre ellos se encuentran figuras como Carlos Sadir de Jujuy, Rolando Figueroa de Neuquén, Hugo Passalacqua de Misiones, Gustavo Sáenz de Salta y Martín Llaryora de Córdoba. La presencia de estos gobernadores en la gestión del gobierno nacional ha sido objeto de controversia, especialmente tras el revés sufrido en la Cámara baja.
El análisis en el gobierno se lleva a cabo en múltiples niveles. Mientras tanto, desde Israel, Milei ha dejado claro su descontento y su determinación de tomar medidas drásticas. La Casa Rosada está en alerta y se espera una decisión definitiva una vez que el presidente regrese a Argentina, después de su audiencia con el Papa Francisco, prevista para el martes. La tensión persiste y el futuro político de varios funcionarios pende de un hilo.