Mario Vargas Llosa: “Cuando era comunista, leía a Borges a escondidas por las noches”

Fernando Díaz de Quijano @FDQuijano

Mario Vargas Llosa tuvo de joven una relación conflictiva con la literatura de Jorge Luis Borges. Cuando oyó de él por primera vez, gracias a la escritora y profesora argentina Ana María Barrenechea, recuerda que quedó deslumbrado. Pero había un problema: “Yo era miembro del partido comunista y Borges representaba todo lo que el comunismo odiaba: un señor que no creía en la realidad ni en la problemática social, que escribía inspirado en libros clásicos sobre mundos exóticos, aunque por supuesto era un escritor magnífico porque había creado un estilo propio”, recordó el Nobel de Literatura hispanoperuano este martes en la sede central del Instituto Cervantes, en Madrid.

“Al mismo tiempo era imposible no leerlo por el deslumbramiento que provocan esos cuentos tan perfectos, ese mundo que es riquísimo. Así que lo leía en la noche, a escondidas, porque el partido comunista era muy estricto, estalinista, y no se podía leer a Borges de ninguna manera”, afirmó el autor de La ciudad y los perros durante la primera sesión de un ciclo de encuentros sobre las claves de su obra que se celebra durante dos días —ayer martes y hoy miércoles— en el Cervantes.

En el lado opuesto a Borges se situaba Sartre: “Era un autor que tenía una enorme influencia sobre mí, en cierta forma neutralizaba la influencia de Borges. Era dificil encontrar escritores más disímiles: a Sartre le interesaba la política, Borges la despreciaba profundamente; el estilo de Sartre era muy efectivo pero nada cuidado, en cambio Borges cuidaba los adjetivos, en eso residía su gran originalidad. Entre estas dos figuras transcurrió mi infancia como escritor: leyendo a Borges en las noches, oponiéndome a lo que representaba de una manera muy categórica y accediendo siempre a las tesis de Sartre, por quien yo tenía una enorme admiración y cuya complicada evolución yo trataba de seguir”.

El ciclo de coloquios en torno a la obra de Vargas Llosa que se celebra estos días en el Cervantes, titulado El fuego de la imaginación. En torno a Mario Vargas Llosa, ha sido comisariado por el escritor Sergio Ramírez, muy involucrado en la vida literaria española a raíz del exilio de su Nicaragua natal provocado por el dictador Daniel Ortega. La misma situación en la que se encuentra su compatriota Gioconda Belli, igualmente despojada de su nacionalidad este mismo año, exiliada como Ramírez en nuestro país y participante también en estas jornadas sobre el autor de Conversación en la catedralCarlos Granés, Rosa Montero, Jorge Eduardo Benavides, Renato Cisneros y Nuria Barrios también figuran en la docena de autores participantes en los coloquios.

Con el título “El autor frente a sus contemporáneos”, el escritor hispanoperuano (Arequipa, Perú, 1936) mantuvo una charla, moderada por la editora Pilar Reyes, con Sergio Ramírez y el escritor colombiano Carlos Granés, editor y prologuista de El fuego de la imaginación: Libros, escenarios, pantallas y museos (2023), libro que recopila seis décadas de producción periodística de Vargas Llosa, centrándose en sus textos sobre cultura y, especialmente, crítica literaria. A este, según explicó el propio Granés, seguirán otros cuatro volúmenes con los textos de no ficción de Vargas Llosa sobre Perú, sobre las regiones convulsas del mundo, sobre los conflictos políticos y sociales de los últimos años, y “otro más autobiográfico con crónicas personales, de viajes y perfiles de personajes relevantes que ha conocido en su vida y de aquellos autores que han sido sus maestros”.

“Estoy inmensamente agradecido a Carlos [Granés] por la obra que ha llevado a cabo”, dijo Vargas Llosa. “Muchos de los textos no los reconozco porque están escritos hace mucho tiempo. Otros defienden unas posiciones que ya no son las mías, pero al mismo tiempo creo que todo eso constituye la historia de un escritor. Es fundamental ese pasado, esos artículos contradictorios que recuerdan ciertos episodios en la historia del Perú y de América Latina. No tenía ni idea de que había escrito tantas cosas sobre películas, pintores y novelistas latinoamericanos”, reconoce el escritor, que dice haberse llevado “una enorme sorpresa” leyéndose a sí mismo y gracias al “trabajo extraordinario” de Granés en la selección de textos.

Vargas Llosa recordó que el Perú de su juventud estaba “muy aislado” y que había “muy pocas librerías”. “Teníamos algunos indicios de lo que pasaba en los países vecinos, pero el grueso de nuestras lecturas eran autores norteamericanos, italianos, alemanes, ingleses. Leyendo este libro me doy cuenta de que yo combatía esa realidad procurando leer más a los latinoamericanos. Escribía sobre pintores, coleccionistas, cineastas latinoamericanos y también textos políticos que tenían que ver con México, Argentina o Chile. Era un esfuerzo para llenar un vacío muy grande”.

Además de sus impresiones sobre Borges y Sartre, Vargas Llosa subrayó, como en otras ocasiones, la importancia de Gustave Flaubert cuando se instaló en Francia: “Fue el hombre que cambió mi vida enteramente”. El escritor recordó que el mismo día que llegó a París compró en la librería Joie de lire, en el barrio latino, un ejemplar de Madame Bovary: “Me deslumbró, me pareció una novela por encima de todas las que se habían escrito”.

El ciclo de coloquios ha sido realizado en colaboración con la Cátedra Vargas Llosa y con el festival literario Centroamérica Cuenta. Todas las conversaciones podrán seguirse en directo y en diferido en el canal Directo 1 del Instituto Cervantes, así como en su canal de YouTube.

La segunda mesa del martes, “La creación literaria por dentro. La cocina del escritor”, contó con la participación de los escritores y periodistas Rosa Montero (España), Héctor Abad Faciolince (Colombia) y Renato Cisneros Sánchez (Perú), para hablar sobre los procesos, rutinas y manías del escritor, moderados por el periodista Raúl Tola (Perú).

La tercera mesa del ciclo, este miércoles, estará formada por los autores Gioconda Belli (Nicaragua), Carlos Franz (España-Chile) y Fietta Jarque (Perú), quienes tratarán a propósito de “La literatura como disciplina. Lecturas y relecturas. La asimilación de las influencias” (a las 18 h) y de cómo el influjo de otras disciplinas culturales y de sus propias bibliotecas personales interviene en la creación literaria. Claudia Neira Bermúdez, (Brasil), directora del festival literario Centroamérica Cuenta, será la moderadora.

El programa se cerrará la tarde del miércoles con la charla “Las fuentes universales de la literatura. La ambición de lo cosmopolita desde lo local y regional”, en la que Jorge Eduardo Benavides (Perú), Karina Sainz Borgo (Venezuela) y Nuria Barrios (España) plantearán cuestiones tales como si se aspira hoy a una literatura universal en español o sobre el compromiso que el escritor debe adquirir con su sociedad. El escritor y periodista Juan Cruz Ruiz moderará este último encuentro.

Fuente: El Cultural, España.

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