Debate y Convergencia

Los chicos en Argentina comen menos que hace un año

Aumento de la pobreza infantil y desafíos en la alimentación y el trabajo infantil en Argentina

Según el informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), los datos correspondientes a 2022 revelan que la pobreza infantil sigue siendo un desafío importante en Argentina, a pesar de mostrar un leve balance positivo en comparación con el año 2020.

En 2022, el 61,6% de los niños, niñas y adolescentes en Argentina se encontraban por debajo de la línea de pobreza, lo que representa alrededor de 8,2 millones de personas que no tienen acceso a la canasta básica total. Además, 1,6 millones de ellos viven en condiciones de indigencia, lo que equivale al 13,1% de la población de hasta 17 años.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) presentará este martes los valores de las canastas básicas alimentaria (CBA) y total (CBT) correspondientes a abril de 2023.

El informe también destaca que el 31,4% de la población infantil y adolescente sufre inseguridad alimentaria, lo que implica una reducción de la dieta debido a problemas económicos. Esto se traduce en que aproximadamente 4,2 millones de personas están alimentándose peor que antes debido a la crisis económica, y de ese total, 1,6 millones (12,3%) experimentan directamente hambre.

Si bien se ha ampliado la cobertura de programas de asistencia estatal, como la Tarjeta Alimentar, que aumentó sus montos este mes para las madres que reciben la Asignación Universal por Hijo (AUH), la Asignación Universal por Embarazo (AUE) y Madres de 7 hijos o más, la situación en el conurbano bonaerense sigue siendo preocupante. El 15% de los niños y adolescentes de esa región sufrió hambre en el último año, y la pobreza infantil llega hasta el 69,1%, con un 16,3% de ellos sin acceso a la canasta alimentaria.

Además, la UCA alerta sobre el trabajo infantil como una consecuencia de la crisis económica. En el segundo semestre de 2022, aproximadamente el 9,2% de los niños y adolescentes tuvo que trabajar en el mercado laboral urbano como una estrategia secundaria de supervivencia para sus hogares. La incidencia fue más alta en los adolescentes (19,7%), en el estrato trabajador marginal (10%) y en las áreas metropolitanas del interior del país y las zonas urbanas del interior (12,6% y 14,5%, respectivamente).

El informe también destaca que el trabajo doméstico y económico afecta al 33,5% de los adolescentes y al 6,4% de los niños. Aunque es similar en cuanto a género, el trabajo doméstico es más común entre las mujeres, mientras que el trabajo económico prevalece entre los hombres.

La UCA advierte que las medidas de protección alimentaria aún son insuficientes para erradicar el problema y alcanzar niveles similares a los de la década de 2010 a 2019. La situación general de acceso a la alimentación en el período 2010-2022 ha sido negativa.

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