El economista Javier Milei, conocido por su enfoque “halcón” en la gestión, ha revelado su disposición a seguir consejos de sus colaboradores más moderados, los llamados “palomas”, incluso cuando estos difieren de su pensamiento. Sin embargo, esta estrategia pragmática que ha adoptado ha resultado ser un desafío mayor para el presidente, especialmente en situaciones como las negociaciones por la Ley Bases.

En estas circunstancias, el presidente se ha visto obligado a evitar respuestas en redes sociales a críticas de opositores políticos para no obstaculizar las negociaciones. Asimismo, en el caso de la CGT, el Gobierno ha seguido las recomendaciones de su equipo para evitar confrontaciones mediáticas y lograr cambios significativos en la reforma laboral.

Sin embargo, la intransigencia mostrada por algunos líderes sindicales, como Héctor Daer y Carlos Acuña, ha complicado las relaciones. Aunque el vocero presidencial asegura que el diálogo está siempre abierto, en el Gabinete se percibe un tono de enojo por el desplante de la central obrera.

El Gobierno, que había buscado incluir a las “palomas” en las reformas, se encuentra ahora en una situación incómoda, con menos influencia interna. Esto se debe a la falta de señales de cese al fuego por parte de la CGT y desafíos adicionales, como el planteado por el líder de la Unión Ferroviaria, Rubén “Pollo” Sobrero.

A pesar de los esfuerzos del Gobierno por evitar confrontaciones y avanzar en reformas, las tensiones persisten. Una alta fuente gubernamental expresó su descontento por lo que consideran un incumplimiento de acuerdos por parte de la CGT. En este contexto, se plantea una nueva etapa de “más látigo, menos cafecito” en la relación con los gremios.

La decisión del Gobierno de laudar a favor de Dante Camaño en una disputa laboral reciente muestra una postura más firme. Además, se anticipa que temas como las cuotas sindicales y los bloqueos en fábricas podrían volver a debatirse, con conversaciones iniciadas con sectores de la oposición para trazar una estrategia conjunta.

En resumen, el enfrentamiento con la CGT representa un desafío significativo para el Gobierno, que busca avanzar en reformas laborales y reducir privilegios sindicales, pero enfrenta obstáculos debido a la intransigencia de algunos líderes sindicales y la falta de cumplimiento de acuerdos.