Mientras el Gobierno argentino aguarda la confirmación oficial del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por u$s20.000 millones, una pregunta domina la atención del mercado: ¿de cuánto debería ser el primer giro para evitar una nueva corrida cambiaria?
El economista Daniel Artana, jefe del Instituto FIEL, abordó esta cuestión en su último informe publicado en la revista Indicadores de Coyuntura. Allí analizó las condiciones necesarias para que el acuerdo con el FMI tenga un impacto positivo en la economía sin provocar sobresaltos en el tipo de cambio.
El tamaño del primer giro, una variable crítica
Artana identificó tres factores clave para la estabilidad cambiaria en el corto plazo:
- El monto del desembolso inicial del FMI.
- El timing del ingreso de fondos.
- Los cambios en la política cambiaria oficial.
Según explicó, un primer desembolso cercano al monto total del acuerdo permitiría al Banco Central sostener la estrategia actual de devaluación controlada (el crawling peg al 1% mensual), e incluso avanzar hacia una gradual flexibilización del cepo sin generar una disparada del dólar.
“Una solución así le daría mucha liquidez al BCRA y, probablemente, permitiría mantener la política cambiaria sin grandes modificaciones o con cambios menores, como establecer una banda estrecha de flotación”, analizó.
El riesgo de un desembolso acotado
En el caso de que el FMI otorgue un primer giro demasiado bajo, la incertidumbre podría aumentar y el Gobierno se vería obligado a ajustar el tipo de cambio con mayor fuerza.
“Fondos iniciales muy bajos mantendrían o incluso agravarían la incertidumbre, probablemente forzando a una depreciación más fuerte del tipo de cambio”, advirtió.
Artana también recordó que entre 2026 y 2029 vencen pagos por u$s14.000 millones con el propio Fondo, lo que refuerza la necesidad de acumular reservas desde ahora para evitar crisis más adelante.
¿Es inminente un salto cambiario?
A pesar de las alertas, Artana consideró poco probable que se repita un episodio de devaluación brusca como los vividos en años anteriores. Entre los factores que juegan a favor del actual escenario, destacó:
- Mejoras fiscales recientes.
- Superávit comercial devengado.
- Mayores ingresos por exportaciones de energía y minería.
“El frente fiscal está mejor, hay señales de inversión en sectores clave y la cuenta corriente sigue siendo positiva, aunque haya tensiones de caja. Todo esto reduce la vulnerabilidad externa”, concluyó.