La reciente elección en Chaco, donde Juntos por el Cambio logró arrebatar al peronismo su quinta provincia, marcó un duro revés para la estrategia de Sergio Massa de recuperar votos en el Norte Grande de Argentina de cara a las elecciones presidenciales de octubre. A su vez, este resultado dio un nuevo impulso a Patricia Bullrich en su campaña, en la que busca asegurarse un lugar en el balotaje. La sorprendente victoria del radical Leandro Zdero en Chaco, quien derrotó en primera vuelta al gobernador Jorge Capitanich, estrechamente ligado al kirchnerismo, representa un golpe significativo para este espacio político.
Después de la victoria de Javier Milei en las PASO de agosto, Sergio Massa se encuentra en la búsqueda de recuperar aproximadamente 1 millón de votos. Una parte clave de esta estrategia es que el peronismo recupere terreno en la región del Norte Grande, donde el candidato de La Libertad Avanza sorprendió al imponerse en provincias como Tucumán, La Rioja, Salta y Misiones, y obtuvo buenos resultados en Chaco, Formosa y otras. La derrota de Capitanich plantea dudas sobre la capacidad del peronismo para impulsar el crecimiento en esta región y apoyar la estrategia de Massa.
Una de las regiones que representan un desafío significativo para la campaña de Massa es el Centro de Argentina, que incluye a provincias como Córdoba, Mendoza, Santa Fe y Entre Ríos, y concentra el 23,9% del padrón nacional. En todas estas provincias, Juntos por el Cambio superó a Unión por la Patria en las PASO, lo que ha generado preocupación en el oficialismo. Por otro lado, las provincias del Norte Grande gobernadas por el peronismo, incluida Chaco, representan el 17,4% del padrón. Para la estrategia de Massa, es esencial revertir los resultados en provincias como Tucumán, La Rioja, Salta y mejorar en el resto de la región.
Massa, que obtuvo 5 millones de votos en las PASO y superó a Bullrich, con 4 millones, esperaba que las estructuras partidarias se movilizaran a fondo en su favor en el Norte Grande, lo que le permitiría compensar las posibles pérdidas en el Centro de Argentina y asegurarse un lugar en el balotaje. Sin embargo, la derrota de Capitanich en Chaco ha puesto en duda si la estructura peronista local podrá respaldar esta estrategia, especialmente después de que la provincia pase a manos de otros a partir de diciembre.
A pesar de que Chaco representa solo el 2,8% del padrón electoral, su importancia en el Norte Grande es innegable. La incógnita ahora es cuánto podrá contribuir la estructura peronista de la provincia a la estrategia de Massa, especialmente después de su derrota en las elecciones.
Implicaciones para las Elecciones de Octubre
Por otro lado, Patricia Bullrich ha revitalizado su campaña después de la victoria de Zdero en Chaco. Bullrich ha adoptado un discurso “anti kirchnerista” en un intento por recuperar votos que Milei captó “por derecha” en las PASO. El resultado en Chaco es funcional a esta estrategia de Bullrich, además de fortalecer la presencia territorial de Juntos por el Cambio.
Las elecciones provinciales previas a las generales de octubre y el debate entre los candidatos presidenciales son factores cruciales en la campaña electoral. Bullrich ha buscado consolidar su imagen como ganadora a través de una serie de triunfos en las elecciones provinciales. Esto es fundamental para su estrategia de campaña, ya que le otorga una plataforma para mostrar su perfil ganador de cara a las elecciones nacionales.
A partir de diciembre, Juntos por el Cambio contará con gobernadores en varias provincias, lo que representa un cambio significativo en el panorama político de Argentina. Además, la coalición opositora podría llegar a gobernar casi la mitad del país, independientemente de los resultados de las elecciones presidenciales.
Sin embargo, en Juntos por el Cambio también reconocen que nacionalizar las elecciones provinciales en esta campaña es un desafío. A pesar de su valor simbólico y territorial, los resultados locales y nacionales muestran diferencias. Javier Milei, por ejemplo, no respaldó a candidatos