Con su asunción formal como presidenta del Partido Justicialista (PJ), Cristina Kirchner inaugura una nueva etapa en su liderazgo del peronismo. Su objetivo inmediato es fortalecer la unidad partidaria con miras a las elecciones de 2025. Sin embargo, las ausencias en el acto, especialmente la del gobernador bonaerense Axel Kicillof, generan dudas sobre su capacidad para trazar una estrategia nacional que englobe a todo el PJ.
Tensiones con los gobernadores y Kicillof
La ausencia de Kicillof, quien se encontraba de recorrida en la provincia de Buenos Aires, fue interpretada como una señal del distanciamiento creciente entre el gobernador y su ex jefa política. A esto se suman los faltazos de otros gobernadores como Gildo Insfrán (Formosa), Sergio Ziliotto (La Pampa) y Ricardo Quintela (La Rioja). Aunque José Mayans, flamante vicepresidente del PJ, y la propia Cristina minimizaron las ausencias, las tensiones subyacentes quedaron expuestas.
El enfrentamiento con Kicillof es particularmente significativo. Durante una reciente cumbre partidaria, Cristina cuestionó la estrategia de desdoblar las elecciones provinciales de las nacionales, una maniobra que Kicillof evalúa repetir en 2025. Esta discrepancia refleja las divergencias sobre cómo abordar la principal batalla electoral del peronismo en la provincia de Buenos Aires.
Un PJ abierto, pero con desafíos
En su discurso de asunción, Cristina subrayó la importancia de formar cuadros políticos y técnicos para el futuro del partido. Su lista de conducción buscó integrar a diferentes sectores del peronismo, incluyendo figuras del ámbito territorial como Juan Manzur (Tucumán) y Sergio Uñac (San Juan). Sin embargo, el acto también evidenció las dificultades de cohesión interna.
La estrategia de Cristina apunta a unificar al PJ sin recostarse exclusivamente en La Cámpora. Pero las ausencias de los gobernadores y la falta de un respaldo contundente a su liderazgo reflejan un desafío más amplio: el peronismo enfrenta divisiones internas y la necesidad de replantear su rol frente al gobierno de Javier Milei.
Críticas al plan económico de Milei
Cristina Kirchner aprovechó su discurso para criticar las políticas de Milei, calificándolas como una repetición de viejas recetas de valorización financiera que priorizan la especulación sobre la producción. También cuestionó la política cambiaria del actual gobierno, advirtiendo que una economía bimonetaria como la de Argentina depende directamente de la estabilidad del tipo de cambio para controlar la inflación.
La expresidenta enfatizó la necesidad de enfrentar al gobierno libertario como un eje unificador del peronismo, pero las fisuras internas y las diferencias estratégicas amenazan con dificultar este objetivo.
El peronismo de cara a 2025
La incertidumbre sobre la continuidad de las elecciones primarias abiertas (PASO) agrega otra capa de complejidad al panorama interno del PJ. Mientras algunos sectores peronistas estarían de acuerdo con su eliminación, otros ven en ellas una herramienta clave para ordenar la oferta electoral.
En este contexto, figuras como Sergio Massa, que mantiene un vínculo con Máximo Kirchner, podrían desempeñar un rol mediador entre las distintas facciones. Sin embargo, el consenso interno parece lejano.
Cristina Kirchner asume en un momento de fuertes tensiones y desafíos para el peronismo. La ausencia de gobernadores clave y las divisiones internas complican su intención de consolidar al PJ como la principal alternativa opositora. El camino hacia 2025 promete ser largo y lleno de obstáculos, con la provincia de Buenos Aires como escenario central de la disputa.