La política argentina entra en estado de alerta. En las próximas horas, la Corte Suprema de Justicia podría confirmar la condena contra Cristina Fernández de Kirchner en la causa Vialidad, en la que fue sentenciada a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Ante esta posibilidad, el kirchnerismo convocó a una reunión de emergencia para este lunes por la tarde en la sede del Partido Justicialista Nacional, con el objetivo de definir una estrategia política, judicial y de movilización.
La convocatoria, inicialmente prevista en el Instituto Patria, fue trasladada sobre la noche del domingo a la histórica sede de Matheu 130. Diputados, senadores, dirigentes sindicales y referentes del Frente Renovador de Sergio Massa fueron citados para definir los pasos a seguir ante un fallo que, según diversas fuentes judiciales, sería inminente y contundente.
En paralelo, crece la posibilidad de una manifestación callejera el martes, como respuesta a lo que en el entorno de la ex presidenta califican como una «maniobra de proscripción».
“Hay una idea de hacer algo. Se está conversando”, confiaron desde el círculo íntimo de Cristina.
La Corte, cerca de cerrar el expediente Vialidad
El máximo tribunal tiene en sus manos la causa más delicada del calendario político y judicial de los últimos años. Todo indica que podría hacer uso del artículo 280 del Código Procesal Civil y Comercial, un mecanismo que le permite rechazar sin argumentar los recursos extraordinarios presentados por la defensa de la ex presidenta. Si lo hiciera, quedaría firme la sentencia confirmada por la Cámara Federal de Casación Penal en 2024, basada en el fallo original del Tribunal Oral Federal N° 2 de diciembre de 2022.
Aunque todavía no hay una resolución firmada, la expectativa en Comodoro Py y en el oficialismo es que la Corte se pronuncie antes del próximo martes 10 de junio, fecha de su próxima reunión plenaria.
Cristina, en tono desafiante: “Me quieren presa o muerta”
Desde Corrientes, donde encabezó un acto político el sábado por la noche para apoyar la candidatura a gobernador de Martín “Tincho” Ascúa, intendente de Paso de los Libres, Cristina Kirchner volvió a referirse directamente a su situación judicial. En un discurso de alto contenido emocional y simbólico, aseguró que está siendo perseguida políticamente y advirtió:
“Me podrán meter presa. El mes de junio es un mes tremendo para el peronismo”, dijo, evocando los fusilamientos de José León Suárez y los bombardeos a Plaza de Mayo.
La ex presidenta también respondió a quienes critican su candidatura a diputada provincial por la Tercera Sección Electoral bonaerense, vista por algunos como una “bajada” política.
“Esto no es una obra de teatro. Cada uno tiene que estar en el lugar que más sirve. En el ‘62, Perón fue candidato a vicegobernador desde el exilio. No lo habilitaron. Esto es historia del peronismo”, afirmó.
Más adelante, elevó el tono:
“Salió el anuncio de mi candidatura y se desataron los demonios. Si estoy tan acabada, ¿por qué no me dejan competir y me derrotan políticamente? Mirá cómo tiemblo”, ironizó.
Movilización y estrategia: ¿resistencia o repliegue?
El posible fallo de la Corte puede reconfigurar por completo el tablero electoral de 2025, y no solo por la figura de Cristina. También implicaría una redefinición de la narrativa del peronismo, que podría pasar de la resistencia institucional a la victimización política, repitiendo esquemas ya utilizados en el pasado.
La reunión de este lunes, según fuentes de distintos espacios del Frente de Todos, será clave para evaluar dos frentes:
- La respuesta pública: si habrá o no movilización nacional, con qué consignas, y con qué grado de participación sindical y territorial.
- La estrategia electoral: si Cristina finalmente queda proscripta, ¿quién tomará su lugar? ¿Cómo ordenará el espacio su representación en la provincia de Buenos Aires y en el Congreso?
Los nombres de Sergio Massa, Axel Kicillof y Máximo Kirchner sobrevuelan esa discusión. Sin embargo, aún no hay definición, y todo dependerá del contenido final del fallo y de su recepción en la sociedad.
Un fallo que marcaría un antes y un después
El caso Vialidad se transformó en el símbolo de la corrupción estructural durante los gobiernos kirchneristas, según el enfoque de la Justicia. Para el oficialismo, en cambio, representa una persecución política y judicial impulsada por sectores del poder económico y mediático, con el fin de aniquilar el liderazgo político de Cristina Fernández de Kirchner.
La Corte Suprema, en su rol más delicado, debe ahora tomar una decisión que trasciende lo jurídico. Su veredicto no solo tendrá implicancias legales, sino que podría marcar un punto de inflexión institucional y electoral, en un país donde las causas por corrupción suelen quedar atrapadas entre los vericuetos del sistema y la impunidad.
Conclusión: el peronismo frente a su encrucijada
Cristina Kirchner se prepara para un fallo que, de confirmarse, la alejará formalmente de la competencia electoral, aunque no necesariamente del poder simbólico y político. La escena del lunes será clave: la respuesta del kirchnerismo revelará si se apuesta al conflicto, al repliegue táctico o a una reinvención del liderazgo.
Lo cierto es que, gane quien gane en los próximos comicios, el fallo de la Corte quedará como uno de los hitos más relevantes del escenario político argentino en los últimos 20 años. Y como una señal —o advertencia— sobre los límites del poder en democracia.
