En la máxima instancia penal de Argentina, la Cámara Federal de Casación, se está librando una intensa lucha por el poder y el control. En un plenario realizado este martes, los jueces se reunieron para discutir la situación de la presidenta del tribunal, la jueza Ana María Figueroa, según confirmaron fuentes judiciales a elDiarioAR. La magistrada cumplió 75 años el pasado 9 de agosto, edad límite para permanecer en su cargo sin un nuevo acuerdo del Senado, como exige la Constitución.

Figueroa ha iniciado el proceso para mantener su cargo, y tanto el presidente Alberto Fernández como la Comisión de Acuerdos del Senado autorizaron su continuidad. Sin embargo, la votación en el Senado se ha estancado debido a la incapacidad de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner para obtener los votos necesarios.

La permanencia de Figueroa es crucial para Fernández de Kirchner, ya que la jueza ha fallado a su favor en casos sensibles y es una defensora acérrima de la teoría del “lawfare” o “guerra judicial”, una estrategia utilizada en la defensa de la vicepresidenta en casos de apelación y recursos que llegan a Casación.

Figueroa tiene un papel importante en tres casos centrales para Fernández de Kirchner, incluyendo el caso Hotesur-Los Sauces, el Memorándum con Irán y el caso de los Cuadernos. Su decisión afectaría significativamente a la expresidenta en estos casos.

A pesar de no haber renunciado, Figueroa tampoco está ejerciendo sus funciones en la actualidad. Durante la reunión del martes, algunos jueces le sugirieron que se tome una licencia extraordinaria para permitir que otro juez asuma su cargo temporalmente hasta que el Senado tome una decisión sobre su continuidad. Figueroa dijo que consideraría esta propuesta.

La licencia debe ser aprobada por la Corte Suprema y daría tiempo al Senado para resolver el proceso parlamentario. Sin embargo, esto podría generar un escenario incierto para Fernández de Kirchner, dependiendo de qué juez la reemplace.

El miércoles, el plenario de jueces continuará para discutir la situación. La Corte Suprema no ha comentado sobre el caso hasta ahora.

Aquellos que critican la decisión de Figueroa de no renunciar argumentan que esta situación está generando obstáculos administrativos y judiciales, incluyendo la paralización de expedientes en los tribunales federales. Otros señalan que Figueroa está en su derecho, ya que el proceso de renovación de su pliego está en curso y existen antecedentes de otros jueces que se les permitió permanecer en el cargo mientras esperaban la confirmación del Senado.

La presidencia de Figueroa es crucial en Casación, y su retiro definitivo, en caso de renunciar, abriría otra vacante en un tribunal clave para casos de alto impacto político y económico en Argentina.