El presidente saliente, Alberto Fernández, se reunirá con el presidente electo, Javier Milei, el día lunes para iniciar los pasos hacia la transición gubernamental, ante la proximidad del traspaso presidencial el 10 de diciembre. Hasta el momento del encuentro, el posible involucramiento del ministro de Economía, Sergio Massa, derrotado en las urnas, era incierto, generando tensiones en el proceso.

Inicialmente, Massa había expresado en su discurso tras la derrota que la responsabilidad de iniciar la transición recaía en el Presidente. Luego se rumoreó que tomaría licencia hasta el 9 de diciembre, aunque esta información fue desmentida posteriormente.

El horario del encuentro entre Alberto Fernández y Milei ha estado en discusión, pasando de considerarse en la mañana a posiblemente cerca del mediodía o incluso a mitad de la tarde. En ambos bandos políticos, la incertidumbre persistía. “Aún no se ha confirmado la licencia de Massa. El Presidente y Milei se reunirán mañana, pero el horario aún no está confirmado”, informó Gabriela Cerruti, portavoz presidencial a I Profesional, en medio del desconcierto en el oficialismo por la contundente derrota. Crisis en el oficialismo.

En el búnker de Unión por la Patria, las caras largas comenzaron desde temprano con los primeros resultados de boca de urna. Muchos especulaban sobre la supuesta influencia de Massa en la candidatura de Milei para fragmentar a Juntos por el Cambio y facilitar la victoria del peronismo, pero finalmente fue Milei quien se alió con una facción de Juntos y superó al peronismo.

“La sociedad forjó una alianza en las urnas que Milei y los radicales de Juntos, la UCR y la Coalición Cívica, no habían contemplado”, indicaban en el búnker de Massa. Mientras tanto, Massa descuidó estabilizar la economía, factor que finalmente inclinó a la gente hacia un cambio más liberal. “Dividir a la oposición habría funcionado si se hubiera solucionado la economía primero, pero con una inflación del 142% y una pobreza del 41%, es un milagro haber alcanzado 44 puntos”, expresó un funcionario del Gobierno desalentado por la derrota.

Por su parte, Massa busca trasladar la mayor carga de la transición a Alberto Fernández, quien tiene programado un viaje al extranjero y estuvo ausente en los últimos días de gestión y campaña electoral, mientras Massa estuvo en el centro de la discusión con Milei.

En el Complejo C, también se le reprochaba a Massa haber exagerado en la campaña negativa contra Milei y en la estrategia del miedo, lo que finalmente generó una empatía de los sectores opositores hacia el candidato libertario. “Massa se pasó de la raya y terminó favoreciendo al León”, señalaban. El futuro de Massa.

Varios presentes en el búnker afirmaban que Massa había anunciado “el fin de una etapa”, pero que seguiría en la política. A pesar de que algunos interpretaron que se retiraría de la escena política, una diputada del Frente Renovador señaló que “es joven, no abandonará la política, y quedó bien posicionado, con 11 millones de votos y vínculos con todos los sectores, frente a un próximo gobierno que será frágil”. En realidad, el público que lo aclamaba era principalmente del Frente Renovador, no del núcleo duro del peronismo, a pesar de la presencia de organizaciones sociales y grupos afuera del Complejo C, que no fueron numerosos. Ahora Massa está evaluando cuántos de los 103 diputados restantes podrá liderar en el bloque y cómo se distribuirá el poder en el peronismo.

Tanto Massa como Cristina Kirchner quedarán en un segundo plano, mientras esta última ejercerá la gobernación de Axel Kicillof, quien intentará posicionarse para la presidencia en 2027 o convertirse en la principal oposición frente al presidente entrante, Milei.