La educación humana desde la posición de los griegos 

La sociedad griega es una de las más admiradas o criticadas en la historia, pero, lograron impactar tanto en la historia universal que han influido en la concepción del mundo en nuestros días, aquí vamos a analizar su percepción y aporte a la educación.

Al momento de analizar cualquier discurso sobre la educación de nuestros tiempos, debemos entender cómo el fenómeno se ha ido transformando a lo largo de la historia de la humanidad; por ello, debemos saber que la historia de la educación está esencialmente condicionada por el cambio cultural y de valores vigentes en cada sociedad.

Para las personas que conformaban la Grecia antigua la educación representaba el sentido de todo el esfuerzo humano. Su ser y naturaleza era la justificación última de la realidad que vivía una comunidad y, por lo tanto, del individuo. Así es, que con el cambio de las cosas, cambian los individuos, la naturaleza corporal del hombre y sus atributos pueden transformarse mediante una pedagogía consciente y planificada.

Así es que, con la educación, ellos decían elevar sus capacidades a un rango superior y logrando el areté1su concepto central en la educación que significaba “excelencia”, inspirándose en gran parte de la imagen de la nobleza primitiva que se plasmaba en los poemas homéricos.

Como en la Ilíada, donde se nos habla de un mundo situado en una realidad donde abunda el espíritu heroico de la areté y se encarna ese ideal en todos los héroes y se juntan en una unidad indisoluble, se crea una imagen del griego. Se transmite en las sagas o en los cantos y las tradiciones de la aristocracia de ese tiempo. La razón es que a través de toda esa propaganda donde el valiente siempre es el noble, el hombre de rango, la educación griega puso en marcha toda su maquinaria formativa para alcanzar esos objetivos o visión del hombre heroico, fungiendo como está perpetradora de la cultura.

La educación siempre va a contribuir en la vida y el crecimiento de una sociedad, ósea, en sus relaciones exteriores, tanto como en su estructura interna, y, también, en su desarrollo espiritual o psíquico. Y todo esto solo puede ser destruido mediante una acción violenta o una decadencia íntima, pues, la estabilidad de las normas válidas dependerá de la solidez de los fundamentos básicos de la educación del contexto actual. La importancia de la sociedad griega, en la pedagogía, siempre nos va a llevar a esta nueva concepción de la actitud del hombre en la sociedad.

Con esta breve reflexión, a modo de conclusión general, me atrevo a mencionar que, desde la época griega, la educación no es una propiedad individual, sino que, pertenece esencialmente a la comunidad. La manera de ser de la sociedad se imprime en sus miembros; y es en el hombre fuente de toda acción y toda conducta. Estrechamente relacionado con el pensamiento marxista sobre la conciencia social, donde, se dice que no es la conciencia del hombre quien determina su ser, sino, el ser social lo que determina nuestra conciencia.  

Notas

[1] El término «areté», que en griego significa «excelencia» o «virtud», era un ideal central en la educación de la Grecia antigua y representaba lo que se esperaba que los individuos alcanzarán a través del esfuerzo y la formación adecuada. Este ideal estaba inspirado en la imagen de la nobleza primitiva plasmada en los poemas homéricos y se transmitía a través de las sagas y tradiciones de la aristocracia de esa época.

Fuente: Filosofia en la red.

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