Por Siro Darlan-
En una visita al Museo del Cabildo, la historiadora Marisa Pineau reflexionó sobre los alcances de la esclavitud, el papel y la historia de los afrodescendientes en Argentina.
El comercio de esclavos tuvo su centro neurálgico en la estación de Retiro. Tanto es así que al edificio ubicado en la Plaza San Martín se le conocía como “retiro de esclavos”. Allí permanecieron los africanos recién llegados hasta que fueron trasladados a sus nuevos amos.
CRONOLOGÍA – A fines del siglo XVI y durante el siglo XVII llegan a Buenos Aires los primeros africanos. Algunos del sur de Ecuador, Angola, Congo y Mozambique, y otros del sureste de África. Uruguay y Córdoba también recibieron esclavos; de hecho, las haciendas de los jesuitas pudieron sostener su actividad y productividad gracias a esta mano de obra.
CULTURA Y ESCLAVITUD – Para la investigadora Marisa Pineau, la historia de África fue silenciada, pero con el tiempo se retomaron estudios que brindan elementos para reflexionar y descubrir nuevos aspectos de este intercambio. “Es interesante saber cómo se daban las relaciones entre los esclavos y sus amos, que no eran sólo relaciones de servidumbre. Los esclavos, como todos los grupos subordinados, actuaban, tenían iniciativa y voluntad. Nos imbuyeron de conocimientos, tenían conocimientos sobre medicina, agricultura, manejo de madera y hierro. Eso nos hace pensar que no eran solo mano de obra”, explica el historiador. Un ejemplo curioso es Ventura: un africano perteneciente a Martín de Álzaga (uno de los mayores esclavistas del viejo Buenos Aires), distinguido por el Primer Triunvirato por denunciar la conspiración organizada por los españoles contra el gobierno. Tal gesto le valió su libertad. Con la conspiración desmantelada, Ventura fue declarado libre, pagó el salario de un soldado y comenzó a usar el uniforme del Regimiento No. 2 con un sable para defensa propia. Además, se le otorgó una medalla de plata en relieve, con la frase grabada: “Por los fieles de la Patria”, condecoración que se exhibe en el Museo del Cabildo.
Argentina y El Camino de la Canela – Lengua y Literatura – ORT Campus Virtual
ARGENTINA EN BLANCO Y NEGRO – Que el país fue forjado por inmigrantes europeos blancos es un mito que poco a poco se va derrumbando. Los africanos habitamos Buenos Aires desde 1585 y su legado cultural forma parte de nuestra idiosincrasia. El dulce de leche, las achuras y hasta las payadas, elementos clave de nuestra identidad argentina, tienen raíces africanas.
En tiempos en que no existía un método de conservación que contuviera la abundancia de carne vacuna que había en el territorio, los blancos disfrutaban de la carne asada, desechando las mollejas, las tripas grasas, las tripas; mientras tanto, estos “residuos” eran consumidos por los negros. Hoy es una de las exquisiteces del asado argentino.
O la figura del pagador. Si bien la imagen está ligada a la historia rural argentina, la fecha se conmemora en honor a Gabino Jacinto Ezeiza, afrodescendiente nacido en San Telmo en febrero de 1858. El Negro Ezeiza, como le llamaban, murió el 23 de julio de 1884, tras derrotar el cantor uruguayo Juan de Nava en un duelo de contrapunto.
AFROARGENTINAS – Entre 1777 y 1812 ingresaron al puerto de Buenos Aires y Montevideo más de 700 barcos, con 72.000 esclavos africanos. Hacia 1810, la capital contaba con unos 40.000 habitantes y se estima que un tercio eran de origen africano. En el momento de la Revolución de Mayo, la ciudad era diversa y no tenía una población predominantemente blanca.
Solo en el Censo Nacional 2010 se hizo la pregunta: “¿Eres afrodescendiente?” se incorporó sólo en algunas localidades. Los datos anunciaron lo siguiente: más de 15.000 argentinos tienen alguna conexión con África. “Es una muestra pequeña, pero es importante porque la afrodescendencia aparece como algo positivo, y de ese lado hay un rescate; lo mismo que celebrar el Día Nacional de los Afroargentinos y la Cultura Afro en honor a Remedios del Valle, heroína de la independencia y capitana del Ejército del Norte. Hay avances, sí, pero aún queda mucho por reconocer sobre esta presencia afro que nos constituye, aunque quede un poco invisibilizada”, reflexionó Marisa Pineau.
CRONOLOGÍA – A fines del siglo XVI y durante el siglo XVII llegan a Buenos Aires los primeros africanos. Algunos del sur de Ecuador, Angola, Congo y Mozambique, y otros del sureste de África. Uruguay y Córdoba también recibieron esclavos; de hecho, las haciendas de los jesuitas pudieron sostener su actividad y productividad gracias a esta mano de obra.
La Abolición de la Esclavitud y la Revolución Francesa | cultura 10
CULTURA Y ESCLAVITUD – Para la investigadora Marisa Pineau, la historia de África fue silenciada, pero con el tiempo se retomaron estudios que brindan elementos para reflexionar y descubrir nuevos aspectos de este intercambio. “Es interesante saber cómo se daban las relaciones entre los esclavos y sus amos, que no eran sólo relaciones de servidumbre. Los esclavos, como todos los grupos subordinados, actuaban, tenían iniciativa y voluntad. Nos imbuyeron de conocimientos, tenían conocimientos sobre medicina, agricultura, manejo de madera y hierro. Eso nos hace pensar que no eran solo mano de obra”, explica el historiador. Un ejemplo curioso es Ventura: un africano perteneciente a Martín de Álzaga (uno de los mayores esclavistas del viejo Buenos Aires), distinguido por el Primer Triunvirato por denunciar la conspiración organizada por los españoles contra el gobierno. Tal gesto le valió su libertad. Con la conspiración desmantelada, Ventura fue declarado libre, pagó el salario de un soldado y comenzó a usar el uniforme del Regimiento No. 2 con un sable para defensa propia. Además, se le otorgó una medalla de plata en relieve, con la frase grabada: “Por los fieles de la Patria”, condecoración que se exhibe en el Museo del Cabildo.
Argentina y El Camino de la Canela – Lengua y Literatura – ORT Campus Virtual
ARGENTINA EN BLANCO Y NEGRO – Que el país fue forjado por inmigrantes europeos blancos es un mito que poco a poco se va derrumbando. Los africanos habitamos Buenos Aires desde 1585 y su legado cultural forma parte de nuestra idiosincrasia. El dulce de leche, las achuras y hasta las payadas, elementos clave de nuestra identidad argentina, tienen raíces africanas.
En tiempos en que no existía un método de conservación que contuviera la abundancia de carne vacuna que había en el territorio, los blancos disfrutaban de la carne asada, desechando las mollejas, las tripas grasas, las tripas; mientras tanto, estos “residuos” eran consumidos por los negros. Hoy es una de las exquisiteces del asado argentino.
O la figura del pagador. Si bien la imagen está ligada a la historia rural argentina, la fecha se conmemora en honor a Gabino Jacinto Ezeiza, afrodescendiente nacido en San Telmo en febrero de 1858. El Negro Ezeiza, como le llamaban, murió el 23 de julio de 1884, tras derrotar el cantor uruguayo Juan de Nava en un duelo de contrapunto.
Afrodescendientes en Argentina. Enigmas, cegueras y mitos nacionales | CienciaHoy
AFROARGENTINAS – Entre 1777 y 1812 ingresaron al puerto de Buenos Aires y Montevideo más de 700 barcos, con 72.000 esclavos africanos. Hacia 1810, la capital contaba con unos 40.000 habitantes y se estima que un tercio eran de origen africano. En el momento de la Revolución de Mayo, la ciudad era diversa y no tenía una población predominantemente blanca.
Solo en el Censo Nacional 2010 se hizo la pregunta: “¿Eres afrodescendiente?” se incorporó sólo en algunas localidades. Los datos anunciaron lo siguiente: más de 15.000 argentinos tienen alguna conexión con África. “Es una muestra pequeña, pero es importante porque la afrodescendencia aparece como algo positivo, y de ese lado hay un rescate; lo mismo que celebrar el Día Nacional de los Afroargentinos y la Cultura Afro en honor a Remedios del Valle, heroína de la independencia y capitana del Ejército del Norte. Hay avances, sí, pero aún queda mucho por reconocer sobre esta presencia afro que nos constituye, aunque quede un poco invisibilizada”, reflexionó Marisa Pineau.
Cronología del Fin de la Esclavitud en las Américas | Atlas Histórico de Brasil – FGV
LA ESCLAVITUD, HOY – En el mundo moderno es difícil pensar en la idea de sujeción de una persona, ya que partimos de la idea de que somos iguales ante la ley. Sin embargo, la esclavitud no es algo del pasado, sino que está en el presente y, en este sentido, la definición de Naciones Unidas sostiene que una persona se encuentra en situación de esclavitud si alguno o todos los atributos del derecho de propiedad; Esto quiere decir que se limita o prohíbe la circulación, que se les tortura, que se les mata, que se les priva do
el ejercicio de sus derechos.
Al respecto, la investigadora Pineau tiene su opinión: “Un esclavo hoy no es el que está inmovilizado con grilletes; podemos pensar en la trata de personas, el trabajo rural o industrial en condiciones de explotación como formas de esclavitud. La conquista de la libertad de la situación de esclavitud es algo que tiene que ser una exigencia permanente”.
La historia de la esclavitud en Argentina
En una visita por el Museo del Cabildo, la historiadora Marisa Pineau reflexionó sobre los alcances de la esclavitud, el rol y la historia de los afro-descendientes en Argentina.
El tráfico de esclavos tuvo su punto neurálgico en la estación de Retiro. Tanto, que al edificio ubicado en la Plaza San Martín se lo conocía como “el retiro de los esclavos”. Allí permanecían los africanos recién llegados hasta ser derivados con sus nuevos amos.
CRONOLOGIA. A fines del siglo XVI y durante el XVII llegaron los primeros africanos a Buenos Aires. Algunos provenientes de la zona sur del Ecuador, Angola, Congo y Mozambique, y otros del sudeste de África. Uruguay y Córdoba también fueron receptores esclavos; de hecho, las estancias jesuíticas pudieron sostener su actividad y productividad gracias a esta mano de obra.
CULTURA Y ESCLAVITUD. Para la investigadora Marisa Pineau, la historia de África estuvo silenciada, pero con el correr del tiempo se retomaron estudios que aportan elementos para reflexionar y conocer nuevos aspectos sobre este intercambio. “Es interesante conocer cómo se daban las relaciones de los esclavos con los amos, que no era sólo relaciones de servidumbre. Los esclavos, como todos los grupos subalternos, actuaban, tenían iniciativa y agencia. Nos impregnaron de saberes, poseían conocimientos sobre cuestiones medicinales, agrícolas, manejo de la madera y el hierro. Esto nos hace pensar que no fueron solo fuerza de trabajo”, explica la historiadora. El ejemplo de Ventura es curioso: un africano perteneciente a Martin de Álzaga (uno de los mayores propietarios de esclavos en la antigua Buenos Aires), distinguido por el Primer Triunvirato por denunciar la conspiración organizada por los españoles contra el gobierno. Tal gesto le valió la libertad. Luego de desarticular la conjura, Ventura fue declarado libre, se le pagó el sueldo de un soldado y desde entonces se le dejó usar el uniforme del Regimiento N° 2 con un sable para defensa propia. Además, se le otorgó una medalla de plata repujada, con una frase grabada: “Por fiel a la Patria”. Esa condecoración se exhibe en el Museo del Cabildo.
ARGENTINA EN BLANCO Y NEGRO. Que el país fue forjado por inmigrantes blancos europeos es un mito que de a poco se está derribando. Los africanos habitaron Buenos Aires desde el año 1585 y su legado cultural es parte de nuestra idiosincrasia. El dulce de leche, las achuras e inclusive las payadas, que son elementos claves en nuestra argentinidad, tienen raíz africana.
En épocas donde no había método de conservación que contenga la abundancia de carne de vaca que había en el territorio, los blancos degustaban la carne asada descartando las mollejas, la tripa gorda, los chinchulines; mientras tanto, esos “desperdicios” eran consumidos por los negros. Hoy es una de las exquisitas particularidades del asado argentino.
O la figura del payador. Si bien la imagen se la vincula a la historia rural argentina, el día se conmemora en honor a Gabino Jacinto Ezeiza, un afrodescendiente que nació en San Telmo en febrero de 1858. El Negro Ezeiza, cómo le decían, murió un 23 de julio de 1884, tras derrotar en un duelo de payadas de contrapunto al cantor uruguayo Juan de Nava.
AFROARGENTINOS. Entre 1777 y 1812 entraron al puerto de Buenos Aires y Montevideo más de 700 barcos, con 72 mil esclavos africanos. Hacia 1810, la capital tenía alrededor de 40 mil habitantes y se calcula que un tercio eran de origen africano. Para el momento de la Revolución de Mayo, la ciudad era diversa y no tenía una mayoría de población blanca.
Recién en el Censo Nacional del 2010 se incorporó sólo en algunas localidades la pregunta: “¿Tenés ascentedentes africanos?”. Los datos anunciaron lo siguiente: más de 15 mil argentinos tiene algún vínculo con África. “Es una pequeña muestra, pero es importante porque aparece la ascendencia africana como algo positivo, y desde ese lado hay un rescate; lo mismo que el conmemorar el Día Nacional de los Afroargentinos y de la Cultura Afro en honor a Remedios del Valle, heroína de la independencia y capitana del Ejército del Norte. Hay avances, sí, pero todavía queda mucho por reconocer de esa presencia afro que nos constituye aunque siga un poco invisibilizada”, reflexionó Marisa Pineau.
LA ESCLAVITUD, HOY. En el mundo moderno se hace difícil pensar en la idea de sujeción de una persona, ya que partimos de la idea de que somos iguales ante la ley. Sin embargo, la esclavitud no es algo del pasado, sino que está en el presente y en este sentido la definición de Naciones Unidas sostiene que una persona se encuentra en una situación de esclavitud si sobre ella se ejercen alguno o todos los atributos del derecho de propiedad; esto quiere decir que se le limite o prohíba la circulación, que se lo torture, que se lo mate, que se lo prive del ejercicio de derechos.
Al respecto, la investigadora Pineau tiene su opinión:
“Un esclavo hoy no es alguien que este inmovilizado por unos grilletes; podemos pensar en la trata de personas, el trabajo rural o industrial en condiciones de explotación como formas de esclavitud. La conquista de la libertad desde la situación de esclavitud es algo que tiene que ser una reivindicación permanente”.
Derecho Penal y Sistema Penitenciario Contemporáneo por ENFAM – Escuela Nacional de Formación y Perfeccionamiento de Magistrados; Maestría en Salud Pública, Justicia y Derechos Humanos de la ENSP; Posgrado en Derecho de la Comunicación Social en la Universidad de Coimbra (FDUC), Portugal; Rio Coordinador de la Asociación de Jueces por la Democracia; Consejero Efectivo de la Asociación Brasileña de Prensa; Consejero Meritorio del Clube de Regatas do Flamengo; Miembro de la Comisión de la Verdad sobre la Esclavitud de la OAB-RJ. Por buenas prácticas profesionales, en 2019 recibió el Premio en Defensa de la Libertad de Prensa, Movimiento Sindical y Tercer Sector, una colaboración entre el Jornal Tribuna da Imprensa Livre y la OAB-RJ. siro.darlan@tribunadaimprensalivre.com
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