El segundo fin de semana de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires se convirtió en un verdadero fenómeno cultural. Con pabellones colmados y actividades desbordadas de público, el evento que se desarrolla en La Rural rompió récords de asistencia y ventas.
Durante el jueves 1° de mayo, feriado por el Día del Trabajador, y el viernes siguiente, miles de personas recorrieron los pasillos, participaron en charlas, y colmaron los stands editoriales. Según datos de la Fundación El Libro —organizadora del evento—, la concurrencia hasta el momento creció un 12% en relación al año pasado, consolidando una edición histórica.
“El volumen de venta está claramente por encima del año pasado, y eso que hoy hay menos promociones. Hay más gente, y además se están comprando libros más caros”, explicó Christian Rainone, presidente de la Fundación El Libro, en diálogo con Infobae Cultura. Según detalló, algunas editoriales que en 2023 ofrecían descuentos de hasta el 40% con tarjetas, este año, sin promociones, igual vendieron más.
Sábado de sol y celebridades literarias
El sábado fue el punto más alto del fin de semana: clima templado, actividades a sala llena y un desfile de autores convocantes. Entre ellos destacaron Florencia Bonelli, Rosa Montero y Claudia Piñeiro, quienes atrajeron multitudes en busca de firmas, fotos y conversaciones.
En la sala José Hernández, Florencia Bonelli presentó Yo soy el viento, tercera entrega de su saga La Casa Neville. La fila para su charla comenzó temprano y, más tarde, se trasladó al stand de Planeta, donde la autora decidió firmar ejemplares sin límite de tiempo, generando una cola que rodeó la pista central de La Rural.
Más tarde, en la misma sala, Claudia Piñeiro compartió un panel junto a Hinde Pomeraniec, Débora Mundani y Cynthia Edul para presentar su nueva novela La muerte ajena.
En el Pabellón Blanco, la reconocida escritora española Rosa Montero conversó con Pomeraniec sobre Animales difíciles, cierre de su saga protagonizada por Bruna Husky. “Bruna es mi álter ego”, confesó la autora, que definió sus libros como una fusión de ciencia ficción, thriller y reflexión existencial.
Política, historia y debates encendidos
El costado político de la feria también tuvo su espacio. Se presentó El Monje. La verdadera historia de Santiago Caputo, con los periodistas Maia Jastreblansky y Manuel Jove, acompañados por Carlos Pagni y Diego Sehinkman.
También hubo una importante concurrencia en la presentación de Globalismo. Ingeniería social y control total en el siglo XXI, del ensayista Agustín Laje, acompañado por Alberto Benegas Lynch (padre). “Esto es un orgasmo intelectual”, declaró este último, aludiendo al momento de auge de las ideas liberales en el debate público.
Otros lanzamientos destacados fueron Karina. La Hermana. El Jefe. La Soberana, de Victoria De Masi junto a Iván Schargrodsky, y Milei vs. Fontevecchia, presentado por Jorge Fontevecchia, Tomás Rebord y Ricardo Roa.
Felipe Pigna, Pablo Bernasconi y el homenaje a Walsh
Como ya es habitual, Felipe Pigna volvió a llenar la sala José Hernández con la presentación de su novela histórica Conspiración en Londres. La fidelidad de su público convierte cada aparición suya en un fenómeno multitudinario.
También se lució Pablo Bernasconi, quien reflexionó sobre su primer libro de poesía ilustrado para adultos, Un cielo en el ojo, en diálogo con Reynaldo Sietecase.
Uno de los momentos más emotivos fue el homenaje a María Elena Walsh, organizado por la fundación que resguarda su legado y el de Sara Facio. Bajo el título “María Elena y el verdadero secreto de la fábrica walshiana”, el encuentro incluyó diálogos con académicas, lecturas poéticas y música en vivo.
Cultura, música y niños
La feria no se limitó a los libros. En los espacios exteriores, el escenario móvil de la Secretaría de Cultura ofreció música en vivo durante toda la jornada. En el Pabellón Ocre se presentaron números folklóricos, y en distintos sectores se organizaron juegos interactivos y actividades de lectura para niños.
El joven autor Santiago Speranza animó una sala llena de adolescentes con una mezcla de literatura y música popular, incluyendo hits como El bombón asesino.