Este domingo, Donald Trump encabezó un acto multitudinario en el Madison Square Garden de Nueva York, mientras Kamala Harris recorría los barrios de Filadelfia en una reñida campaña hacia las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre. Trump, en un discurso con fuerte tono antiinmigrante, acusó a Harris de “destruir” el país y señaló al Partido Demócrata como “el enemigo interno”. “Estás despedida, fuera, fuera”, le espetó desde el escenario neoyorquino ante miles de seguidores, incluyendo figuras como Elon Musk y su esposa, Melania Trump.
El Madison Square Garden, con una capacidad cercana a las 20.000 personas, fue el lugar donde Trump presentó un plan que incluye penas de muerte para migrantes que cometan asesinatos y la aceleración de las deportaciones de pandillas criminales, especialmente del Tren de Aragua y MS-13, a las que acusó de estar detrás de “una violenta matanza en todo el país”. En su discurso, el candidato republicano también lanzó nuevas promesas de beneficios fiscales para el cuidado de familiares mayores y un pronóstico optimista para ganar en Colorado.
Las reacciones y la respuesta de Kamala Harris
Mientras Trump intensificaba sus ataques, Kamala Harris aprovechó los comentarios despectivos hacia la comunidad latina pronunciados por el comediante Tony Hinchcliffe, uno de los oradores de apertura en el mitin de Trump, quien llamó a Puerto Rico “una isla de basura” y realizó bromas despectivas sobre los latinos. Harris, en su acto en Filadelfia, denunció una “diatriba racista contra los latinos”, ganando rápidamente el respaldo de figuras como Ricky Martin y Bad Bunny, quienes compartieron un video en apoyo a su candidatura.
Harris continuó su jornada de campaña en Filadelfia, un estado clave para su éxito, donde se reunió con líderes de la comunidad afroamericana y puertorriqueña, e instó a los votantes a salir a las urnas. “No podemos despertarnos después de las elecciones y arrepentirnos”, afirmó.
Un clima electoral tenso y polarizado
Las campañas de Trump y Harris reflejan un momento de alta tensión y polarización, con ambos candidatos usando un lenguaje confrontacional en sus discursos. La contienda, cada vez más ajustada, mantiene a Estados Unidos en un ambiente político cargado a pocos días de las elecciones, mientras las principales encuestas anticipan una jornada electoral altamente competitiva y decisiva.