Premio Sájarov: a quién y para qué sirve en Latinoamérica

Este año, en la lista de nominados para el Premio Sájarov de la Libertad de Conciencia, están María Corina Machado y Edmundo González Urrutia. El motivo: su lucha por la reinstauración de la democracia y las libertades civiles y políticas en Venezuela. Hay que decir que la opositora venezolana estuvo ya en la lista de nominados al prestigioso galardón del Parlamento Europeo en 2014 y en 2021. Esta vez, son muy altas sus probabilidades de llevárselo.

“Conseguir una nominación al Sájarov es muy difícil”, cuenta a DW Giovanna Tejido, directora ejecutiva interina de la Red Eu-Lat, con sede en Bruselas. Esta red, de cuarenta organizaciones de doce países europeos, lleva más de 30 años promoviendo valores como el respeto a los derechos humanos, la democracia y el Estado de derecho en la relación entre ambos continentes. “Aunque es muy difícil conseguir nominaciones, nos merece la pena buscar este reconocimiento para los activistas y colectivos que acompañamos en su búsqueda de transformación”, sigue Giovanna Tejido.

Cabe recordar que los nominados deben ser propuestos por los grupos políticos y/o por grupos de por lo menos cuarenta miembros del Parlamento Europeo. “Es un trabajo arduo, porque requiere movilizar a grupos donde hay parlamentarios y, obviamente, tiene un sesgo político, y hay que medir en quién buscas el apoyo”, puntualiza. 

Hay casos con mayor consenso político, como el de Nicaragua, más fáciles de llevar hasta una nominación que otros donde hay una mezcla de intereses políticos y económicos. A este respecto, la red detecta que “las crisis están cada vez más relacionadas con la lucha por los recursos naturales. Es más, tememos que se acrecienten en el futuro por la lucha geopolítica de acceso a los recursos”, añade Tejido.

Galardonados y finalistas: la red Sájarov

Efectivamente, basta una mano para contar a latinoamericanos que se han llevado este galardón. Estos son: Las madres de Plaza de Mayo (1992), por la búsqueda de sus desaparecidos en Argentina. Oswaldo Payá (2002), por sus propuestas para la participación libre en la vida política y la amnistía a los presos políticos en Cuba. Las Damas de Blanco (2005), por sus marchas pacíficas los domingos para conseguir la liberación de sus familiares presos por motivos políticos en Cuba. Guillermo Fariñas, quien impulsó la liberación de presos políticos cubanos con su huelga de hambre. Y representantes de la oposición democrática de Venezuela, en 2017.

Por otro lado, nominados y finalistas latinoamericanos al Sájarov ha habido bastante en los últimos años. En 2023, la feminista salvadoreña Morena Herrera; así como el obispo Rolando Álvarez y la activista Vilma Núñez, de Nicaragua. En 2020, los defensores del río Guapinol y, post mortem, la ambientalista Berta Cáceres. En 2017, la maestra ixquic Lolita Chávez, por su defensa del territorio. En 2011, la comunidad de Paz de San José de Apartadó, en Colombia.

Hay que decir que, aunque no se lleven el premio, los finalistas pasan a formar parte de la Red Sájarov, que promueve internacionalmente los valores que el Parlamento Europeo afirma encarnar con este galardón, y que hace honor al físico nuclear soviético, activista por las libertades.

¿Protección o señalamiento?

“Cuando quedan finalistas es mucho más fácil lograr reacciones, por ejemplo, cuando ha habido ataques en su contra”, explica Giovanna Tejido. Es el reciente caso de Juan López, uno de los defensores del río Guapinol, asesinado el 15 de septiembre. “Al salir de la iglesia, varios balazos, fueron sicarios. ¿Contratados por quién?”, plantea la directora ejecutiva de Red Eu-Lat.

El caso de Guapinol es extremo. Pero varios de los venezolanos galardonados con el Sájarov están en el exilio en España. Lo mismo sucede con la finalista ixquic guatemalteca. Y, en el caso colombiano, los ataques a la comunidad no han cesado.

Entonces, desde un punto de vista pragmático, ¿les sirve a los defensores de las libertades y los derechos este reconocimiento? 

Reclamo por la liberación de presos políticos, en Caracas.Imagen: Cristian Hernandez/AP/picture alliance

“Un premio resalta la valentía en la tarea, no pretende cambiar la situación”, dice a DW Ileana Álvarez, directora de la revista cubana Alas Tensas. “Pero sí es una fuente de inspiración: las Damas de Blanco de Cuba son un símbolo de libertad y liderazgo femenino. Aunque están reprimidas y no pueden ya salir a las calles, que sean un Premio Sájarov ayuda a protegerlas”, agrega Álvarez, que lleva un observatorio de feminicidios desde su exilio en Madrid.

En el caso venezolano, ¿sería útil un Sájarov a la libertad de conciencia? Consultada por DW, una organización de la sociedad civil aún activa en el país prefiere la cautela, no ser nombrada al pronunciarse en un momento político tan delicado.  “Un reconocimiento como éste puede ser histórico, en la medida en que el galardonado muestre con su trayectoria su relación con la concepción del reconocimiento. A veces sería mejor darlos post mortem”, sugiere, explicando su reserva, la directiva de esta organización defensora de derechos humanos en Venezuela.

La directora de la Red Eu-Lat, por su parte, responde con el ejemplo de Honduras y los derechos económicos y sociales: “Haberle dado tanta visibilización al caso de Berta Cáceres ha hecho avanzar un caso paradigmático de corrupción y connivencia entre instituciones e inversión que sentará precedente en toda la región”.

(rml)

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