La Reserva Federal sorprende al mantener la tasa y señalar futuras subidas en su reunión de septiembre

Finalmente, la Reserva Federal celebró su tan esperada reunión de septiembre, manteniendo a los mercados en vilo, especialmente después de la divulgación de los datos de empleo de agosto. La atención no estaba centrada en un cambio inmediato en la tasa de referencia, ya que los analistas no tenían dudas de que la Fed mantendría las tasas sin cambios. Lo que generaba incertidumbre era el camino futuro que tomaría la Fed. En resumen, había una brecha evidente entre los comentarios de Jerome Powell en junio y las percepciones del mercado, que aún no habían asimilado completamente una posible subida adicional según el “dot plot” de esa fecha. Además, las proyecciones de los responsables de la política económica y los analistas divergían para los años 2024 y 2025.

Entonces, ¿qué anunció la Reserva Federal?

En primer lugar, decidió mantener sin cambios la tasa de política monetaria en el rango del 5,25% al 5,50%. Esto no sorprendió al mercado. Sin embargo, reforzó su intención de aumentar la tasa de referencia en 25 puntos básicos adicionales antes de que termine el año, algo que el mercado no había incorporado por completo.

El consenso sugería que la Fed podría renunciar a subir la tasa, considerando los últimos datos de inflación y la situación económica. Incluso antes de la reunión, el mercado anticipaba que la tasa en diciembre estaría alrededor del 5,45%, unos 15 puntos básicos por debajo de la mediana de las proyecciones de los miembros de la Fed, lo que implicaba solo un 43% de probabilidad de un aumento. Sin embargo, las mayores sorpresas vinieron en relación a los años venideros.

Mientras que en junio, la Fed preveía que la tasa de referencia estaría en torno al 4,6% y 3,4% para 2024 y 2025, respectivamente, en la actualización aumentaron ambos objetivos en 50 puntos básicos. Además, adelantaron que no esperan comenzar a reducir las tasas al menos hasta julio de 2024, un mes después de lo previsto antes de la reunión. En resumen, reforzaron el mensaje de “mayor por más tiempo”. Como resultado, todas estas sorpresas impactaron en los mercados, y los principales índices estadounidenses retrocedieron entre un 0,2% y un 1,5%.

Entonces, ¿qué pudo haber visto la Fed?

Es evidente que esta pausa se debió a buenas noticias en términos de inflación y señales positivas en el mercado laboral. En relación al Índice de Precios al Consumidor (IPC), Powell destacó que las últimas tres lecturas fueron muy favorables, aunque fueron solo tres. Recordemos que la inflación interanual en junio, julio y agosto fue del 3,0%, 3,2% y 3,7%, respectivamente, siendo estos los primeros registros por debajo del 4% desde marzo de 2021.

También es cierto que el precio del petróleo contribuyó a esta situación, y la inflación subyacente sigue mostrando un retroceso en términos interanuales, aunque se mantiene resistente. De hecho, la inflación subyacente mensual superó las expectativas en un 0,3% (frente al 0,2% de julio), aunque parece mostrar una tendencia positiva.

Por otro lado, el mercado laboral, que había sido resistente durante todo el año, finalmente dio señales de debilitamiento. La tasa de desempleo aumentó por primera vez desde febrero de 2022, llegando al 3,8% y aumentando un 0,3% en un mes. La tasa de participación también alcanzó su nivel más alto desde noviembre de 2021, situándose en un 62,8%. Además, los salarios crecieron menos de lo esperado (0,2% frente al 0,4%), marcando un hito que la Fed no había visto desde febrero de 2022. Aunque estas noticias pueden parecer negativas, en el contexto actual no lo son.

En realidad, indican que la Fed está acercándose a su objetivo de aliviar la presión en el mercado laboral para reducir las tensiones inflacionarias. Sin embargo, se requiere cautela y, por lo tanto, tiene sentido una pausa para evaluar la evolución de la economía. Aunque se necesita una mayor distensión, exagerar las restricciones podría tener consecuencias significativas.

Sin embargo, la Fed también observa presiones inflacionarias que requieren atención y, por lo tanto, justifican un aumento adicional hacia fin de año. Por un lado, el sector de servicios se mantiene en expansión, principalmente debido a los precios. Parte del aumento mensual del IPC se debió a una mayor presión en los precios de este sector.

Por otro lado, la capacidad de utilización sigue siendo alta, incluso con el sector manufacturero en contracción y el aumento de las ventas minoristas, lo que indica que la economía sigue siendo sólida. También es importante destacar que el Índice de Precios al Productor (IPP) mostró variaciones notables por encima de las estimaciones y los registros anteriores, especialmente para el dato general del IPP mensual (0,7% frente al 0,4% esperado y al mes anterior). Aunque los precios subyacentes se mantienen en línea con las expectativas, este aumento podría continuar y trasladarse a los precios al consumidor, algo que la Fed busca evitar.

Entonces, ¿qué podemos esperar en el futuro?

No hay duda de que la Reserva Federal quiere mantener su reputación intacta. En este sentido, se espera que cumpla con su palabra hasta finales de 2023, aplicando la subida adicional de 25 puntos básicos prevista para poner fin a la batalla contra la inflación. Después de su error en 2021 al calificar la inflación como transitoria, la entidad no está dispuesta a arriesgar su credibilidad. Con aproximadamente tres meses hasta la última reunión del año, parece poco probable que ocurra algo lo suficientemente drástico en la economía estadounidense como para que la Fed cambie su curso.

Sin embargo, quedará por verse si la Fed cumplirá con el resto del camino. Como Powell ha mencionado, hacer proyecciones no es tarea fácil y las dinámicas económicas cambian constantemente.

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