En una elección que sorprendió a muchos, el frente Unidos para Cambiar Santa Fe, liderado por Maximiliano Pullaro y Gisela Scaglia, obtuvo una victoria contundente en la provincia. Ganaron la gobernación con más de treinta puntos de ventaja y aseguraron el control de la Cámara de Diputados y de Senadores, además de obtener las intendencias de los principales centros urbanos, incluida la ciudad de Rafaela, donde el gobernador Omar Perotti tiene su base de apoyo.
Este resultado fue visto como un duro revés para el kirchnerismo en Santa Fe, y Patricia Bullrich, líder de Juntos Avancemos, lo describió como “el entierro del kirchnerismo”. Bullrich estuvo presente en el festejo junto a otros destacados líderes del frente, como Horacio Rodríguez Larreta y Martín Lousteau.
La elección de Pullaro respondió a la estrategia de mantener los votos obtenidos en las PASO y contribuyó al triunfo de Clara García en la Cámara de Diputados, donde Unidos para Cambiar tendrá mayoría. La elección marcó una confrontación de dos modelos políticos, con Pullaro enfocándose en un modelo productivo y criticando al kirchnerismo, mientras que su rival, Marcelo Lewandowski, se vio complicado por la gestión de Perotti en seguridad pública.
El resultado en Rosario también fue significativo, ya que la ciudad quedó virtualmente dividida entre Pablo Javkin y Juan Monteverde en la carrera por la intendencia. La performance de Amalia Granata, que obtuvo casi el 20% de los votos en la elección de diputados, también fue destacada.
Esta elección histórica marca un hito en la política de Santa Fe, ya que Pullaro se convierte en el primer gobernador radical de la provincia desde Aldo Tessio en la década de 1960. La victoria de Unidos para Cambiar Santa Fe se interpreta como un mensaje de cambio y rechazo al kirchnerismo en la región.