La Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) emitió una declaración de profunda preocupación en relación al reciente anuncio del Gobierno Nacional sobre una suma fija para trabajadores del sector privado. El organismo, liderado por Mario Grinman, expresó que las negociaciones paritarias son el lugar adecuado para determinar salarios, ya que permiten conciliar las aspiraciones de los trabajadores con la realidad financiera de las empresas.

La CAC reconoce el deterioro del poder adquisitivo de los salarios debido a la inflación, pero advierte sobre la delicada situación de muchas empresas debido a la macroeconomía desordenada y un estancamiento prolongado en la economía. Consideran inviable que las empresas puedan afrontar la suma fija en estas circunstancias.

El comunicado destaca que, aunque aún no se conoce la reglamentación de la medida, la impresión es que solo una fracción limitada de los pagos podría tomarse como contribuciones patronales, lo que resultaría en un aumento significativo de costos para muchas empresas. La CAC menciona la alta presión tributaria, la legislación laboral obsoleta, las trabas al comercio exterior y las regulaciones excesivas como factores que complican el entorno empresarial.

Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) También se Pronuncia Contra la Medida

La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) también expresó su descontento respecto al anuncio del Gobierno sobre el bono de suma fija para trabajadores privados. CAME subraya que el ajuste salarial en el sector privado debe realizarse a través de las paritarias y no como una imposición del Estado. Afirman que cada sector y empresa enfrenta situaciones únicas que no pueden homologarse para establecer aumentos generales.

CAME hace hincapié en que la imposición de este bono puede afectar a las micro, pequeñas y medianas empresas, que ya están experimentando dificultades económicas. La imposición estatal en la actividad privada, según CAME, no solo complica la relación entre empleadores y empleados, sino que también amenaza la situación frágil de miles de pymes.

En medio de una recesión y un aumento constante de los costos, CAME advierte que esta imposición del Estado perjudica tanto a la relación empleador-empleado como a la estabilidad de las pequeñas y medianas empresas.

Las dos cámaras empresariales, la CAC y CAME, coinciden en su preocupación por las medidas económicas anunciadas por el Gobierno, resaltando el impacto que estas decisiones pueden tener en las empresas y la economía en general.