Martín Llaryora apuesta por Diego Santilli y una nueva configuración política

El gobernador electo de Córdoba, Martín Llaryora, proyecta distintos escenarios para el 10 de diciembre, cuando asumirá el poder de la segunda provincia más grande de Argentina y mantendrá bajo su órbita la ciudad de Córdoba.

A pesar de que algunos ven su reciente enfrentamiento con Horacio Rodríguez Larreta y Juntos por el Cambio como un punto sin retorno, Llaryora prefiere que Diego Santilli sea el próximo gobernador de la Provincia de Buenos Aires. La larga amistad entre ambos, cultivada desde sus días en la mesa juvenil de Ramón Ortega a fines de los años 90, refuerza esta preferencia.

El “Colorado” y Llaryora comparten una relación que va más allá de la política, y Santilli ha sido parte de importantes momentos en la vida del gobernador electo. La apuesta por Santilli es estratégica, ya que una derrota del kirchnerismo en las elecciones presidenciales abriría el camino para una proyección política nacional del peronismo centrista que Llaryora pretende liderar.

Actualmente, Llaryora mantiene un “encolumnamiento” con la candidatura presidencial de Juan Schiaretti, buscando ampliar la representación propia en Diputados y marcando territorio ante aquellos peronistas que consideran unirse a Sergio Massa. Además, sigue abierta la posibilidad de un acuerdo con Horacio Rodríguez Larreta para generar mejores condiciones de gobernabilidad y promover una reducción de las retenciones y una redistribución de los subsidios a las tarifas.

Así, el gobernador electo de Córdoba proyecta su futuro político, buscando configurar una nueva dirección para el peronismo nacional alejada del kirchnerismo y con Diego Santilli como aliado en la Provincia de Buenos Aires.

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