Las negociaciones entre el Gobierno argentino y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para establecer nuevas metas y asegurar un adelanto de desembolsos por un total de USD 10.800 millones, con el objetivo de mantener las reservas, están llegando a un punto crítico. En el día de hoy, el Gobierno deberá afrontar un vencimiento de capital con el FMI por USD 926 millones, y mañana se enfrentará a otro vencimiento de USD 1.787 millones. Sin embargo, no se realizará ningún viaje a Washington hasta que no se logre un acuerdo con el personal técnico del FMI. La estrategia a corto plazo consiste en postergar al menos parcialmente estos dos pagos hasta fin de mes, fecha en la que se espera tener cerrado el acuerdo con el FMI.
Según datos oficiales hasta el 7 de junio, las tenencias en Derechos Especiales de Giro (DEG) dentro de las reservas brutas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) ascendían a aproximadamente USD 1.900 millones. Esto significa que es necesario recibir el desembolso del FMI para poder hacer frente a los pagos comprometidos para esta semana, los cuales suman un total estimado de USD 2.713 millones, según el último informe de Operaciones de la Deuda Pública de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC).
El cronograma original de desembolsos establecía que para finales de junio, el FMI enviaría alrededor de USD 4.000 millones, sujeto al cumplimiento de metas fiscales, monetarias y de reservas. Sin embargo, la sequía ha complicado seriamente la posibilidad de alcanzar alguno de estos objetivos en el segundo trimestre, lo que ha llevado a que las negociaciones se centren en gran medida en lograr que el FMI reconozca los efectos de la crisis climática tanto en las exportaciones como en la recaudación tributaria. La disminución en las ventas externas no solo ha limitado la acumulación de reservas netas por encima de la meta establecida de un crecimiento de USD 6.800 millones entre diciembre de 2021 y junio de 2023, sino que también ha reducido significativamente los ingresos fiscales a través de las retenciones y ha llevado a un importante aumento del déficit primario.
Como resultado, frente a una meta fiscal que exigía un déficit no superior a los $1,1 billones en la primera mitad del año, se cerró abril con un déficit de $1 billón, lo que deja un margen muy estrecho para el resultado de mayo y junio. Además, el resultado de mayo también se publicará durante el jueves, y es poco probable que el déficit haya estado por debajo de los $100.000 millones en ese bimestre. Finalmente, el alto déficit fiscal ha obligado a emisiones monetarias para abastecer directamente al Tesoro por un monto de $670.000 millones, superando ampliamente la meta de $372.800 millones establecida para los Adelantos transitorios.
Las conversaciones entre el Gobierno y el FMI se centran en la
dificultad de enfrentar los vencimientos previos al desembolso. Existe la posibilidad de postergar estos pagos hasta fin de mes, pero su realización depende de que la negociación, frente a los incumplimientos de las metas debido a factores climáticos externos, logre satisfacer las necesidades del Gobierno de relajar las metas y garantizar el envío de fondos.
El Gobierno argentino tiene la intención de solicitar el adelanto de los desembolsos correspondientes al resto de 2023 y al programado para 2024, lo que sumaría casi USD 11.000 millones, con el fin de contar con reservas suficientes para afrontar las elecciones sin que ello tenga un mayor impacto en la actividad económica.
La confirmación del viaje del viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein; el responsable de las negociaciones con el FMI, Marco Lavagna; el vicepresidente del BCRA, Lisandro Cleri; e incluso la posible presencia del ministro de Economía, Sergio Massa, dependerá del avance de estas negociaciones en los próximos días.