Si hubiera que titular el desempeño electoral de La Libertad Avanza y sus aliados, resultaría tentadora la sentencia: la casta aplastó a Milei. Cierto es que, hasta ahora, el diputado libertario no ha aparecido en las boletas, pero muchos comienzan a sospechar del escenario de tres tercios que caracteriza a todas las fuerzas políticas. Las encuestas han demostrado que no son confiables desde hace tiempo. ¿Por qué acertarían ahora?
La elección en San Luis demostró la inconsistencia de los acuerdos y alianzas políticas en un escenario estallado. Horacio Rodríguez Larreta, Gerardo Morales, Elisa Carrió y Martín Lousteau respaldaron la incorporación de Juan Schiaretti a Juntos por el Cambio.
Sin embargo, la discusión casi hizo estallar a la coalición opositora. Mientras ellos celebraban la victoria de Claudio Poggi, el gobernador cordobés lamentaba en silencio la derrota de su aliado hasta la víspera, Alberto Rodríguez Saá.
No fue el único caso. Mientras Patricia Bullrich, Mauricio Macri y el ala conservadora de la UCR sufrían la pésima elección de Alfredo Cornejo en las PASO, en el larretismo se atribuían el excelente desempeño de Omar De Marchi, quien era el armador nacional del alcalde porteño y precandidato provincial hasta que fue obligado por los halcones a competir con una lista provincial.
Además, el candidato de Patricia y Mauricio Macri, Luis Juez, tiene malos resultados en las encuestas y probablemente el vencedor sea el candidato de Schiaretti, para beneplácito de los moderados.
El gobernador cordobés se mueve en las sombras. El acuerdo con Juntos por el Cambio no se tradujo en un frente unificado, pero está casi cerrado un entendimiento en caso de que Larreta logre vencer a la ex ministra de Seguridad. Lo mismo podría ocurrir, según pronósticos internos, en caso de un triunfo de Bullrich.
Pero Schiaretti no solo negocia con Juntos por el Cambio. El jueves pasado, tuvo lugar una reunión secreta entre su esposa, la senadora nacional Alejandra Vigo, y Máximo Kirchner, en un hotel de la zona de Retiro de la Ciudad de Buenos Aires. El encuentro fue gestionado por Eduardo Seita y la diputada de La Cámpora, Gabriela Estévez.
En esa reunión se discutió la propuesta de que el cristinismo no presente un candidato a gobernador en Córdoba y apoye la reelección de Schiaretti. A cambio, el PJ de Córdoba respaldaría la llegada de Wado De Pedro al Concejo de la Magistratura, para contribuir a blindar la situación judicial de Cristina Fernández de Kirchner. También se sepultaría la vinculación de Schiaretti y varios de sus funcionarios con Odebrecht y las obras de los gasoductos, que podrían salir a la luz en caso de que se reactive la causa.
En este contexto, el cierre de Milei con la llamada “casta” política deja en evidencia la salud y el poderío de esta fuerza que continúa con sus prácticas habituales mientras las descalificaciones y acusaciones cruzadas persisten.
Aristóteles, Maquiavelo, Bismarck y Churchill afirmaron en su momento que la política es “el arte de lo posible”. Y en esta contienda electoral, queda claro que los acuerdos, las alianzas y los intereses particulares se entrelazan en un juego complejo en el que los candidatos y las fuerzas políticas buscan asegurar su supervivencia y alcanzar el poder.
Mientras tanto, queda por verse cómo se desarrollarán los próximos acontecimientos y si La Libertad Avanza y sus aliados lograrán hacer frente a la “casta” política en futuras elecciones. El escenario político argentino sigue siendo impredecible y lleno de sorpresas, y solo el tiempo revelará el verdadero alcance de las fuerzas en disputa.
En definitiva, el desempeño electoral de La Libertad Avanza y sus aliados deja abierta la interrogante sobre su capacidad para enfrentar y superar los obstáculos impuestos por la “casta” política. La contienda continúa y los resultados finales estarán determinados por la habilidad de los actores políticos para navegar en este complejo y cambiante escenario.
