El miércoles 17 de enero de 2024, Ecuador fue testigo de un brutal ataque que cobró la vida del fiscal César Suárez, encargado de investigar el asalto a un canal de televisión en Guayaquil y casos de corrupción vinculados al narcotráfico, terrorismo y delincuencia organizada. Suárez fue acribillado en plena luz del día en Guayaquil, sumiendo al país en una crisis de seguridad.
Según informes, Suárez recibió disparos desde otro vehículo mientras estaba en el suyo, que luego fue perforado por decenas de balas y quemado en Colinas de la Alborada. La fiscal general del Estado, Diana Salazar, expresó su conmoción y anunció una investigación sobre el evidente vínculo narco del crimen.
En medio de la creciente violencia, diversas bandas delictivas, como Águilas, ÁguilasKiller, Caballeros Oscuros, Latin Kings, entre otras, están en la mira del gobierno. El temor en la fiscalía es tan palpable que se ha solicitado realizar audiencias de manera virtual para proteger a los funcionarios judiciales.
La última semana de Suárez estuvo marcada por su participación en el caso Metástasis, un megaoperativo contra la corrupción y el narcotráfico que destapó la infiltración del crimen organizado en diversas instituciones ecuatorianas. El fiscal había interrogado a detenidos relacionados con el asalto al canal de televisión TC.
A pesar de los esfuerzos del gobierno, la violencia narco persiste en Ecuador. Los megaoperativos que llevaron a la detención de más de 1.300 personas, incautación de drogas y armas, y la liberación de funcionarios de manos de narcotraficantes no han logrado frenar la violencia. La fuga del líder del cartel Los Choneros, conocido como “Fito”, ha contribuido a la ola de violencia sin precedentes en el país, destacando la complejidad de la situación actual.