María Eugenia Vidal, ex gobernadora de la provincia de Buenos Aires, tiene previsto retirar su candidatura presidencial esta semana. En su lugar, espera convertirse en la candidata de consenso del partido PRO para competir en las elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) por la jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Para lograr este objetivo, se requiere que Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta lleguen a un acuerdo para que Vidal sea la única candidata de PRO en la Ciudad, compitiendo contra el radical Martín Lousteau.
A medida que las negociaciones avanzan, también se busca que haya un solo candidato de PRO en la provincia de Buenos Aires. Aunque Diego Santilli lleva la delantera en las encuestas, Cristian Ritondo se ha negado a renunciar a su postulación. En cuanto a la Ciudad, el ministro de Salud Fernán Quirós ha dado indicios de que Vidal podría ser la mejor candidata y que lo más importante es la opinión de la sociedad, no la de los dirigentes.
Aunque Vidal se retire de la carrera presidencial, esto no significa que automáticamente se convierta en la candidata de síntesis en la Ciudad. El ministro de Gobierno porteño y candidato a jefe de Gobierno, Jorge Macri, se resiste a esta posibilidad ya que debería abandonar su propia candidatura. Un dirigente de PRO también se mostró contrario a la idea de que Vidal ocupe el lugar que disputan Macri y Quirós.
Por su parte, la primera en renunciar a sus aspiraciones fue la ministra de Educación de la Ciudad, Soledad Acuña. Posteriormente, Rodríguez Larreta la invitó a unirse a la fórmula junto con Quirós, aunque eso dependerá de lo que se acuerde con Macri en torno a la figura de Vidal. El objetivo principal de PRO es enviar un mensaje de unidad después de los últimos cruces entre los principales dirigentes políticos en torno a la modalidad de votación y las candidaturas en territorio porteño, y evitar seguir perdiendo votos frente al diputado de ultraderecha Javier Milei.