Debate y Convergencia

Última Oportunidad para Venezuela: Elecciones Presidenciales Decisivas

ARACAS.- Es ahora o nunca. Quedan horas para que los venezolanos se jueguen su futuro en las cruciales elecciones presidenciales en las que el candidato Edmundo González Urrutia, un exembajador impulsado por la líder de la oposición, María Corina Machado, busca desplazar del gobierno a Nicolás Maduro. Más de 20 millones de ciudadanos en el país y otros 69,221 en el exterior están habilitados para votar en unos comicios que muchos consideran la última oportunidad real para un cambio. Es más: del resultado depende la decisión de jóvenes y familias que solo permanecerán en Venezuela si el chavismo llega a su fin, tras 25 años en el poder.

Las encuestas independientes coinciden en que la pareja González Urrutia-Machado obtendría una victoria contundente en las urnas, con una ventaja establecida entre el 20% y el 30% de los votos, dependiendo de la participación. El aspirante opositor cosecharía el 59,1% de los sufragios contra el 24,6% del actual mandatario. A medida que se aproxima la fecha, aflora la incertidumbre sobre la posibilidad de que el oficialismo no reconozca su derrota o, inclusive, que recurra al fraude para forzar un triunfo.

Aun así, la gran mayoría que apoya a la oposición mantiene la esperanza de que esta vez sí se pueda patear el tablero para dar vuelta la página de la debacle económica, de un sistema de salud empobrecido y de una crisis humanitaria que expulsó a cerca de 8 millones de ciudadanos.

En Venezuela, más de la mitad de los hogares se ubican bajo líneas de pobreza multidimensional y 14,2 millones experimentan necesidades de asistencia críticas, mientras que los sistemas de salud pública perdieron más del 70% de su capacidad, de acuerdo a los datos de la organización HumVenezuela. Las urnas aparecen, además, como una salida de escape al autoritarismo de un gobierno que, durante la campaña, detuvo a más de 70 opositores y bloqueó cerca de 60 medios de comunicación disidentes.

El Mensaje de Reunificación Familiar

“Sabemos que el 28 de julio puede ser la última oportunidad de reencontrar a nuestras familias y estaremos en las calles votando y defendiendo nuestro voto para hacerlo posible”, expresó la líder opositora Machado en una publicación en X. El mensaje de reunificación familiar adoptado por la exdiputada ha calado fuerte en la población venezolana y es una de las razones que explican el fenómeno de su popularidad, al punto que el presidente Maduro, que durante años negó el éxodo masivo de ciudadanos, también buscó captar votos con la promesa de hacer regresar a los millones de venezolanos que fueron acogidos por países de América Latina y Europa.

El clima de expectativa para que los expulsados puedan volver se respira en las calles. “Desde el 67 que vivo acá en Caracas bajo gobiernos de robo, robo y robo, que lo único que hacen es hacerle mal a la población. Esta es la última chance. Si no entregan el poder ahora, ya quién sabe cuándo se va a presentar una oportunidad tan grande”, expresa a LA NACION Antonio Granja, de 66 años, que espera el regreso de parte de su familia. “Si impiden que gane la oposición con un fraude, ya no habrá futuro para mí, ni para mis hijos y quién sabe si hasta para los nietos”, agrega este trabajador del Mercado Municipal de Chacao.

Su sobrina migró a la Argentina hace tres años y reside en la ciudad de Buenos Aires, donde trabaja como peluquera. “Le va muy bien y le gusta mucho estar allí, pero quiere volver si esto cambia porque este país es hermoso”, dice Granja, que se indigna al explicar a este medio cómo han tenido que cerrar decenas de comercios en su barrio por la crisis económica.

“Parece que por fin la gente va a ir a votar por el cambio porque ya no se puede más”, resume Germán, propietario de una carnicería de La Castellana. La ilusión de los ciudadanos que se oponen al gobierno es que el país se normalice y puedan vivir en plena democracia.

“Es cierto que es una excelente oportunidad la que se ha abierto, una inmensa ventana de pura esperanza de muchos venezolanos en todo el mundo. El viejo mapa y el nuevo mapa con la diáspora están esperanzados”, plantea a LA NACION el sociólogo Tomás Páez, director del Observatorio de la Diáspora Venezolana. “Hay un interés en democratizar el país, mucha gente que antes apoyaba al gobierno y hoy confirma que le ha hecho mucho daño a este país y ya decidió decir ´basta’”, señala.

Fe en el Cambio

La fe en que este domingo cambie el futuro de Venezuela va más allá de un deseo: hay quienes definirán sus planes de vida en base al resultado. Un estudio de la consultora Delphos, publicado en abril, mostró que aproximadamente una cuarta parte de la población está pensando en emigrar si el gobierno de Maduro se mantiene en el poder, mientras que el 47% de ese total solo se quedaría en el país si triunfa la oposición. Esta sensación es aún más fuerte en los jóvenes, que ven sus posibilidades de progreso cada vez más diluidas. “Todos estamos en la misma posición. Es el momento de salir de esta dictadura. Si no ganamos, nos vamos. Tengo varios familiares afuera que se han ido por la misma situación. En esta elección, está en juego mi libertad”, explica a LA NACION Mariana, oriunda del estado de Falcón, que se mudó a Caracas para estudiar Relaciones Internacionales en la Universidad Central. Presente en el cierre de campaña del jueves de la dupla opositora en Las Mercedes, Inés, amiga de Mariana de la facultad, cuenta que este domingo cumple 22 años y que el único regalo que espera es la victoria de González Urrutia. “Si no, voy a tener que irme. Tengo una prima en la Argentina, creo que me iría para allá con ella”, afirma.

Sus padres la motivan a dejar el país ante un triunfo oficialista. “Saben que afuera hay una vida mejor”, explica. Y agrega: “Yo me veo trabajando en organismos internacionales, en organizaciones que estén dedicadas a lo social. Acá, no puedo”.

“En la medida en que las circunstancias que han provocado ya la salida de casi 8 millones de personas no cambien, la gente va a seguir saliendo, y con mayor fuerza ahora, porque esto se interpreta como la última carta por parte de muchos”, puntualiza a LA NACION en conversación telefónica la socióloga Ligia Bolívar, presidente de AlertaVenezuela.

“La salida sería gradual, por supuesto, pero el hecho de que haya un número tan significativo de personas que dicen que quieren irse si Maduro se perpetúa en el poder, es una tendencia que no es descartable”, analiza la especialista.

¿Nueva Oleada?

El resultado electoral mantiene en alerta a la región, ante una posible nueva oleada migratoria. En 2023, más de medio millón de ciudadanos cruzaron la peligrosa selva del Darién, en su mayoría migrantes venezolanos, según cifras oficiales, rumbo a Estados Unidos.

“Si la situación mejora [en Venezuela], es de deducir que mucha menos gente va a querer aventurarse en ese riesgo de tránsito por la selva”, declaró el jueves en una conferencia de prensa el recientemente electo presidente de Panamá, José Raúl Mulino, que tiene entre sus planes de gobierno cerrar pasos del Darién para impedir la entrada masiva de desplazados. “Si la situación política empeora, que es otro escenario, preparémonos porque yo sí creo que eso va a aumentar”, advirtió.

Un planteo similar hace Roselis Díaz, una abogada de 24 años que junto a otros dos colegas, Jéssica Rengifo y Sebastián Zabaleta, participó de la caravana opositora que invadió las calles en las últimas horas. “Sin duda creo que si las elecciones no se dan de la manera en que todos esperamos que se den, porque ya sabemos que gana Edmundo y que si no es así es porque hay fraude, va a haber una oleada grande y va a ser un problema regional”.

Ella integrará ese grupo forzado a migrar en caso de que Maduro resulte ganador. “Yo trabajo en temas de derechos humanos. Me quedaría para una construcción democrática, pero si sigue este gobierno, soy más útil afuera para visibilizar lo que pase acá, donde se quedan con fraude, donde hay represión, donde hay una invisibilización absoluta de lo que pasa, donde te criminalizan.”, señala a LA NACION.

Mariarlin Vegas, de 50 años, es madre de dos hijas de 25 y 28 años. La mayor, Joaly Ramírez, es una enfermera que cobra un sueldo mínimo y trabaja bajo malas condiciones en un sistema de salud colapsado.

“Es difícil como madre, pero amerita que, si no ganamos, se vayan. Yo no quiero eso, no quiero que se vayan. Y haré lo imposible para que eso no suceda”, confiesa a este medio, mientras observa la gran cantidad de asistentes en la última convocatoria opositora. Y se entusiasma: “El pueblo despertó”.

Al grito de “¡Libertad, libertad, libertad!”, jóvenes, adultos y familias enteras con niños salieron a la calle para dejar claro su apoyo a González Urrutia y Machado en el cierre de la campaña electoral. “Los venezolanos en el mundo están defendiendo la democracia y buscan una salida

Fuente: La Nacion

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