UCA Advierte sobre Desigualdades Ocultas tras la Baja de Pobreza e Indigencia

La Universidad Católica Argentina (UCA) destacó que la reducción en las tasas de pobreza e indigencia en el tercer trimestre de 2024 representa un alivio social frente a la crisis anterior. Sin embargo, advirtió sobre la necesidad de no sobreestimar estos datos, ya que esconden realidades preocupantes como el aumento de las desigualdades sociales y regionales, así como el impacto en el consumo debido al incremento de las tarifas de servicios públicos por encima de la inflación general.

Descenso de la Pobreza: ¿Realidad o Ilusión?

Según el informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la UCA, en el tercer trimestre de 2024, la tasa de pobreza se ubicó en 38,3%, una caída de 16,5 puntos porcentuales respecto al primer trimestre. Asimismo, la tasa de indigencia descendió al 9,2%, 10,9 puntos menos en el mismo periodo.

A pesar de esta tendencia positiva, el ODSA, dirigido por Agustín Salvia, instó a relativizar los resultados. Indicó que la caída de la pobreza podría estar sobreestimada debido a cambios en el sistema de precios que no se reflejan en una mayor capacidad de consumo para los hogares más vulnerables.

El Peso de las Tarifas y su Impacto en el Consumo

El informe subrayó que el aumento diferencial de las tarifas de servicios públicos ha elevado el peso de los gastos fijos en los hogares, reduciendo su capacidad para gastos variables. Esto explica por qué la mejora en los ingresos familiares no se ha traducido en mayor consumo masivo, ni en una mejora del capital humano y social de los hogares pobres.

Asimismo, el ODSA criticó las demoras en la actualización del Índice de Precios al Consumidor (IPC), el cual se basa en una encuesta de gastos de hace veinte años, cuestionando así la precisión de los datos sobre inflación y consumo.

Desigualdades y Privaciones Persistentes

Aunque las cifras de pobreza e indigencia retrocedieron a niveles de 2023, el ODSA destacó que otras dimensiones de la pobreza continuaron en aumento, tales como:

  • Pobreza multidimensional
  • Inseguridad alimentaria
  • Dificultades en el acceso a medicamentos y servicios de salud
  • Impagos de deudas
  • Imposibilidad de reparar la vivienda

Estas privaciones estructurales reflejan una desigualdad persistente, lo que, según el informe, demuestra que la mejora en los ingresos no garantiza una mejora en la calidad de vida de los hogares en situación de pobreza.

Llamado a una Evaluación Integral

La UCA concluyó que, aunque la disminución en las tasas de pobreza e indigencia representa un alivio social, es necesario analizar en profundidad las desigualdades que permanecen ocultas tras los promedios generales. Además, insistió en la urgente necesidad de actualizar la metodología del IPC para obtener una evaluación más precisa del impacto de los precios en el consumo de las familias más vulnerables.

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