WASHINGTON – El presidente electo Donald Trump planea revivir las restricciones fronterizas basadas en el Título 42, justificándolas con argumentos de salud pública, incluso en ausencia de una emergencia sanitaria clara. Según fuentes cercanas a su equipo, sus asesores han estado buscando enfermedades que puedan respaldar el uso de esta medida, que originalmente se implementó durante la pandemia de COVID-19 en 2020.
El retorno del Título 42: ¿herramienta de salud o política migratoria?
El Título 42, establecido en 1944 como parte de la Ley de Servicios Públicos, permite a las autoridades sanitarias impedir la entrada al país de personas procedentes del extranjero si representan un “peligro grave” por una enfermedad transmisible. Trump ya utilizó esta disposición en 2020 para justificar la expulsión masiva de migrantes, y ahora busca resucitarla para reforzar su agenda contra la inmigración.
Sin embargo, a diferencia de la pandemia de coronavirus, su equipo enfrenta un desafío: no existe actualmente una crisis de salud pública que legitime el uso del Título 42. Fuentes internas revelaron que los asesores de Trump han considerado enfermedades como la tuberculosis y otras respiratorias, además de recopilar datos sobre enfermedades detectadas entre los migrantes por parte de la Patrulla Fronteriza.
Un enfoque polémico y cuestionado
La estrategia de justificar restricciones migratorias bajo el pretexto de la salud pública no es nueva, pero ha generado críticas tanto de expertos en salud como de defensores de los derechos humanos. En 2019, durante el gobierno de Trump, un brote de paperas en centros de detención fue utilizado como argumento para intentar cerrar la frontera. Sin embargo, funcionarios de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) rechazaron estas propuestas, señalando la falta de evidencia científica que las sustentara.
Incluso durante la pandemia, el uso del Título 42 enfrentó escrutinio judicial y resistencia de los propios expertos en salud pública, quienes argumentaron que la medida no era efectiva para contener la propagación del virus.
El contexto político y las implicaciones futuras
El equipo de inmigración de Trump, liderado por Stephen Miller, está preparando una serie de órdenes ejecutivas para el primer día de su mandato, diseñadas para endurecer las políticas migratorias. Entre las propuestas, además del uso del Título 42, se incluye declarar una emergencia nacional para destinar recursos militares a la frontera y reactivar la política de “permanecer en México”, que obliga a los solicitantes de asilo a esperar fuera de Estados Unidos hasta sus audiencias judiciales.
Aunque el gobierno de Biden levantó el Título 42 en 2023, lo utilizó durante años para rechazar a millones de migrantes, argumentando razones sanitarias. Sin embargo, este uso prolongado generó un aumento en la reincidencia de cruces ilegales, complicando la gestión de la frontera.
La reacción y el panorama actual
Desde que el Título 42 dejó de aplicarse, la situación en la frontera ha mostrado cierta calma. En diciembre de 2024, las detenciones en la frontera sur fueron de aproximadamente 47,000, un descenso significativo respecto a las casi 250,000 del mismo mes en 2023.
Sin embargo, la propuesta de Trump de utilizar el Título 42 para frenar la inmigración sin una base sanitaria sólida plantea preocupaciones sobre el abuso de esta herramienta y sus implicaciones para los derechos de los migrantes. Además, reabre el debate sobre hasta qué punto la política migratoria puede ser moldeada por consideraciones ajenas a la salud pública.
Un camino lleno de desafíos
El enfoque de Trump enfrenta interrogantes legales, éticos y políticos. Mientras sus asesores buscan justificar el uso del Título 42, los críticos señalan que esta estrategia perpetúa estigmas históricos sobre los inmigrantes como portadores de enfermedades. A medida que se acerca el inicio de su mandato, el mundo observará de cerca cómo la política migratoria de Trump se redefine en medio de un contexto global donde la migración sigue siendo un tema crítico.