Desde el miércoles pasado, entró en vigor en Argentina y el resto del mundo el arancel del 25% a las importaciones de acero y aluminio que ingresan a EE.UU., una medida impuesta por el gobierno de Donald Trump. Al ser consultado sobre posibles excepciones, el expresidente descartó esa posibilidad, justificándola en un supuesto “pequeño déficit” comercial con Argentina.
Sin embargo, los datos oficiales contradicen su afirmación. Mientras el INDEC reportó un superávit comercial argentino de 229 millones de dólares en 2024, la Oficina de Representación Comercial de EE.UU. (USTR) informó un superávit estadounidense de 2.100 millones de dólares, evidenciando una discrepancia significativa. Expertos atribuyen la diferencia a distintos métodos de cálculo, pero no logran explicarla completamente.
Impacto en la industria argentina
El aluminio es el principal producto afectado, con Aluar exportando 600 millones de dólares en 2024 a EE.UU. En el caso del acero, la empresa más perjudicada es Tenaris, del Grupo Techint, que vendió 100 millones de dólares en tubos sin costura al mercado estadounidense. No obstante, Techint cuenta con tres plantas en EE.UU., lo que le permite reducir el impacto del arancel.
Efectos en EE.UU.: ganadores y perdedores
Si bien las siderúrgicas locales como Nucor, US Steel y Century Aluminium celebran la medida, otros sectores ya sienten sus efectos negativos. Según Boston Consulting Group, los aranceles agregarán hasta 29.000 millones de dólares en costos para productos derivados, afectando la construcción, el transporte y la producción de electrodomésticos. Empresas como Coca-Cola planean sustituir latas de aluminio por botellas de plástico para mitigar los aumentos.
Según The Economist, las tarifas impuestas por Trump ya están causando estragos en la economía estadounidense y es probable que pronto los consumidores deban pagar más por productos enlatados y otros bienes esenciales.