El reciente anuncio de Donald Trump sobre la aplicación de nuevos aranceles del 25% a las importaciones de acero y aluminio hacia Estados Unidos podría generar serias dificultades para la industria metalúrgica argentina. Expertos advierten que esta medida impacta la demanda, la competitividad y la estabilidad del empleo en el sector, especialmente si se combina con un tipo de cambio desfavorable.
Desde el Air Force One, Trump confirmó que formalizaría la medida este lunes y que entre el martes y el miércoles anunciará nuevos aranceles recíprocos, que entrarán en vigor de inmediato. “Muy simple: si nos cobran, les cobramos”, afirmó el presidente estadounidense, destacando que la medida se aplicará a todos los países y ajustará las tasas en función de los gravámenes impuestos por cada nación a los productos estadounidenses.
Según el Instituto Americano del Hierro y el Acero, los principales exportadores de acero a EE.UU. son Canadá, Brasil y México, seguidos por Corea del Sur y Vietnam. En el caso del aluminio, Canadá domina ampliamente el mercado, representando el 79% de las importaciones estadounidenses en los primeros 11 meses de 2024.
Impacto en la industria argentina
Leonardo Anzalone, director del Centro de Estudios Políticos y Económicos (Cepec), sostiene que estos aranceles plantean serias dificultades para la industria metalúrgica argentina, afectando empresas clave como Aluar y el Grupo Techint (Tenaris y Ternium), grandes exportadoras de estos metales.
Empresas como Aluar, que destina alrededor del 65% de su producción de aluminio primario a la exportación, podrían enfrentar una baja considerable en la demanda debido al encarecimiento de sus productos. Esto podría traducirse en una reducción de la producción, impactando directamente el empleo y la cadena de valor del sector.
A esta problemática se suma la desventaja de un “dólar atrasado”, lo que reduce aún más la competitividad de las empresas metalúrgicas argentinas. La combinación de una menor demanda externa y un tipo de cambio poco favorable podría derivar en una crisis productiva con efectos negativos en el empleo y la inversión en el sector.
Reacciones y estrategias a seguir
Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), señala que la medida de Trump “era algo previsible” y que debería motivar al gobierno argentino a replicar estrategias similares para proteger a la industria local. Para IPA, este aumento de aranceles podría ser solo el comienzo de una serie de restricciones que afectarían múltiples productos y bienes.
Por otro lado, el asesor de inversiones Gastón Lentini destaca que la reacción del mercado podría implicar un ajuste a la baja en los precios de las metalúrgicas fuera de EE.UU. Empresas como ArcelorMittal, Ternium, Siderar y Aluar podrían enfrentar un panorama desafiante en el corto plazo, mientras que aquellas que dependen de la demanda interna podrían beneficiarse si hay una reactivación del sector inmobiliario y de bienes de consumo.
Finalmente, Trump ha dejado abierta la posibilidad de extender estas medidas a otros sectores, incluyendo medicamentos, petróleo y semiconductores. La semana pasada, impuso un arancel del 10% sobre productos chinos, lo que provocó represalias de Pekín. En este contexto de creciente tensión comercial, la Argentina y otros países exportadores podrían verse cada vez más afectados por esta nueva fase de proteccionismo estadounidense.