Tregua en suspenso: Hamas ofrece liberar rehenes mientras crece la presión internacional por un alto el fuego en Gaza

Después de cuatro días de negociaciones discretas en Doha, el grupo islamista Hamas anunció este miércoles su disposición a liberar a diez rehenes israelíes como gesto de “flexibilidad” en el marco de las conversaciones para alcanzar una tregua en la Franja de Gaza. La iniciativa, respaldada por mediadores de Qatar, Egipto y Estados Unidos, busca avanzar hacia un acuerdo de alto el fuego de 60 días que incluya también un canje de prisioneros y la entrega de cuerpos de víctimas del conflicto.

Según la Casa Blanca, el esquema propuesto por Washington contempla un cese temporal de las hostilidades durante el cual Hamas liberaría a diez cautivos vivos y entregaría los restos de al menos nueve personas fallecidas en su poder. La cifra total de secuestrados desde el ataque del 7 de octubre de 2023 se estima en 49, aunque el Ejército israelí calcula que al menos 27 de ellos ya habrían muerto en cautiverio.

Hamas, por su parte, aclaró que aún persisten “puntos esenciales por resolver” antes de cerrar cualquier acuerdo definitivo. Entre sus exigencias destacan la retirada total de las tropas israelíes de Gaza, la entrada sin restricciones de ayuda humanitaria y garantías internacionales que aseguren un alto el fuego permanente.

“Los principales temas siguen bajo negociación, especialmente el flujo de ayuda, la retirada de la ocupación en la Franja y la provisión de garantías genuinas para un alto el fuego permanente”, expresó el grupo islamista en un comunicado.

Trump y Netanyahu: señales de acuerdo, con cautela

En paralelo, el expresidente estadounidense Donald Trump —que volvió a protagonizar la diplomacia regional— declaró este miércoles que ve “opciones reales” de alcanzar un acuerdo “esta semana o la próxima”, luego de mantener dos jornadas de reuniones en Washington con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

“Estamos más cerca de un entendimiento. Hay una buena posibilidad de que finalmente lo logremos”, expresó Netanyahu en una entrevista televisiva, aunque volvió a subrayar que Israel no aceptará un alto el fuego sin garantías claras de que Hamas ya no represente una amenaza existencial para su país.

Desde el gobierno de Israel, la posición se mantiene dividida entre quienes buscan contener la presión internacional y quienes apuestan por una solución militar completa. El ministro de Exteriores, Gideon Saar, calificó el acuerdo como “alcanzable”, mientras que el presidente Isaac Herzog lo describió como “una oportunidad histórica” en medio de un proceso de reconfiguración geopolítica global.

“No debemos dejar pasar este momento. El mundo está cambiando, y Medio Oriente también”, afirmó Herzog.

Escenario en Doha: avances discretos y tensiones subyacentes

En la capital qatarí, las delegaciones de Hamas e Israel se enfrentan a una danza diplomática compleja. Mientras que los mediadores intentan acercar posiciones, una fuente palestina cercana a las conversaciones reveló que la comitiva israelí se ha mantenido “mayormente como oyente”, lo que interpretan como una maniobra de dilación por parte de Netanyahu, en línea con su reticencia a negociar sin condiciones estrictas de seguridad.

A pesar del progreso en los términos técnicos del acuerdo, el punto más sensible continúa siendo la definición de un alto el fuego sostenible que ponga fin al conflicto y permita la reconstrucción de Gaza. Hamas se niega a liberar a todos los rehenes si no hay garantías de una retirada completa, mientras que Israel insiste en que no habrá paz duradera sin desactivar la estructura de poder del grupo islamista.

En este marco, Estados Unidos ha intensificado su rol como mediador principal, y su enviado especial para Medio Oriente, Steve Witkoff, confirmó que los desacuerdos entre ambas partes “se han reducido a un solo punto”, aunque evitó especificar de qué se trata.

Una oportunidad frágil

Mientras continúan los esfuerzos diplomáticos, el margen de maniobra se estrecha. La presión humanitaria en Gaza es extrema, y los líderes internacionales advierten que cada día sin acuerdo agrava el colapso civil y amplifica la inestabilidad regional.

El desenlace aún es incierto, pero el clima es más propicio para una tregua que en semanas anteriores. La liberación de rehenes podría ser la puerta de entrada a una negociación más profunda. O apenas un gesto simbólico en una guerra que sigue costando vidas.

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