Tras los bombardeos de EE.UU., Irán conserva uranio enriquecido y promete “sorpresas”: escalada sin tregua en Medio Oriente

Pese a los ataques masivos de Estados Unidos contra las principales instalaciones nucleares de Irán, el régimen de Teherán asegura que su programa atómico sigue en pie. Así lo afirmó este domingo Ali Shamkhani, consejero del líder supremo Ali Khamenei, quien sostuvo que “aunque se destruyan las instalaciones, el juego no ha terminado”.

“El conocimiento autóctono, los materiales enriquecidos y la voluntad política se mantienen”, escribió Shamkhani en la red social X. Advirtió, además, que la iniciativa política y operativa “está ahora del lado de quien juega inteligentemente y evita ataques a ciegas” y prometió nuevas “sorpresas”.

La declaración se conoció poco después de que el presidente estadounidense Donald Trump confirmara que el ejército norteamericano llevó adelante un ataque quirúrgico contra tres plantas clave del programa nuclear iraní: Fordow, Natanz e Isfahán. La planta de Fordow, construida bajo una montaña, fue uno de los blancos principales del operativo denominado “Martillo de Medianoche”.

“El programa nuclear iraní ha sido devastado”, aseguró el secretario de Defensa, Pete Hegseth. Según detalló el jefe del Estado Mayor Conjunto, Dan Caine, en la operación participaron siete bombarderos furtivos B-2 que volaron durante 18 horas y no fueron detectados por los sistemas de defensa iraníes.

Washington insiste en que su objetivo no es el cambio de régimen en Irán, sino frenar su avance nuclear. “Estamos en guerra contra el programa nuclear iraní, no contra Irán”, aclaró el vicepresidente JD Vance. Según fuentes del Pentágono, el ataque habría retrasado “por años” los avances nucleares de Teherán.

En respuesta, Irán lanzó unos 40 misiles contra territorio israelí. Parte de ellos impactaron en zonas residenciales de Tel Aviv, provocando al menos 23 heridos. El ejército israelí reaccionó con una ofensiva aérea sobre “decenas” de objetivos militares iraníes, incluyendo por primera vez una base de misiles de largo alcance en Yazd, en el centro del país.

Mientras tanto, el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abás Araqchi, denunció que Estados Unidos e Israel “volaron por los aires” el proceso de negociaciones diplomáticas que se venía gestando bajo mediación de Omán. El ataque estadounidense ocurrió solo 48 horas después de una reunión entre el canciller iraní y representantes de la Unión Europea en Suiza.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) advirtió sobre el riesgo extremo de los ataques, especialmente en la planta de Bushehr, única central nuclear iraní, donde se registró una fuerte explosión el sábado. El Ministerio de Salud iraní informó de varios heridos, aunque aseguró que “ninguno presenta signos de contaminación radiactiva”.

La guerra de declaraciones sigue escalando mientras la tensión militar en Medio Oriente alcanza uno de sus puntos más altos en años. La comunidad internacional observa con creciente preocupación un conflicto que amenaza con desbordar sus fronteras y arrastrar a nuevas potencias al campo de batalla.

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