Durante el martes, una tormenta supercelular azotó varios puntos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), dejando a su paso graves daños y una tragedia.

En localidades donde el granizo alcanzó dimensiones inusuales y las ráfagas de viento fueron intensas, se formó la temida “tormenta supercelular”. Este fenómeno meteorológico se caracteriza por la configuración de nubes capaces de desencadenar condiciones extremas.

Estas superceldas están vinculadas al descenso de aire frío, corrientes ascendentes y descendentes, así como a una cantidad significativa de precipitación en un corto período.

A diferencia de las tormentas convencionales, cuyo ciclo de vida oscila entre 20 y 40 minutos, las superceldas pueden persistir durante varias horas, provocando estragos en un extenso territorio.

Uno de los lugares más afectados por este evento climático fue la ciudad de 9 de Julio y sus alrededores en la provincia de Buenos Aires. Se reportaron lesiones menores en residentes, caídas de árboles, techos arrancados y cortes de energía en algunas áreas.

La tormenta también impactó con menos intensidad en el AMBA, aunque no exenta de consecuencias devastadoras. En el barrio porteño de Recoleta, una mujer perdió la vida tras ser golpeada en la cabeza por una baranda que se desprendió desde un noveno piso.