Argentina se enfrenta a una situación de crisis económica agravada por el desempeño del gobierno actual, mientras que su economía permanece estancada desde 2007. El sistema político, marcado por dos presidencias caracterizadas por una polarización intensa, muestra signos de una fragmentación diferente. Las elecciones primarias (PASO), por primera vez desde su instauración, presentan competencias reales con resultados inciertos tanto en instancias presidenciales como provinciales. La sociedad se encuentra desilusionada debido a una serie de gestiones gubernamentales fallidas. En este contexto, los argentinos se preparan para votar en una elección que será crucial para el cambio de liderazgos en los dos principales espacios políticos que han dominado las últimas dos décadas.
La modificación más destacada podría ser la que el resultado de las PASO podría causar en el kirchnerismo, la fuerza política que ha dominado la segunda mitad de la era democrática a partir de 1983. Desde 2003, el matrimonio Kirchner, encabezado primero por Néstor y luego por Cristina, se convirtió en una referencia fundamental para los líderes y seguidores del peronismo. Sin embargo, la efectividad electoral de la actual vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, ha experimentado un proceso de deterioro gradual pero persistente desde el pico alcanzado en las elecciones de 2011. Este declive la ha llevado a admitir que no podría ganar en esta ocasión, quedando fuera de las boletas. Importante resaltar que esta reducción en la popularidad de Cristina ha impactado en el peronismo en su totalidad, y no solo en el kirchnerismo, fusionando a estos dos grupos en los últimos años.
El oficialismo, sin cambios en su alianza desde 2019, enfrentará una pregunta inquietante: ¿Cuántos votos perderá el gobierno del aproximado 48% obtenido por Alberto Fernández en las PASO de hace cuatro años?
Aunque Sergio Massa tiene altas posibilidades de obtener la mayoría de los votos de manera individual, la salud de la alianza Unión por la Patria en las elecciones generales y la continuidad de Massa en el Ministerio de Economía dependerán de ese resultado.
Por su parte, la coalición opositora, Juntos por el Cambio, también se encuentra haciendo cálculos cruciales para su futuro. Los candidatos de este espacio tienen buenas perspectivas de superar el 31,8% obtenido por Mauricio Macri en las PASO de 2019. En este sentido, surge la pregunta sobre la identidad de la coalición: ¿Juntos por el Cambio se basa principalmente en los votantes macristas o prevalece una diversidad partidaria bajo una vocación reformista con diversas interpretaciones?
La disputa entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich en las PASO también influirá en la relevancia política que Mauricio Macri mantendrá en el futuro. Si Bullrich gana, Macri podría tener más influencia que si Larreta se impone. Sin embargo, una mirada más profunda revela que si Larreta triunfa, necesitará un esfuerzo significativo de Macri para mantener la unidad de Juntos por el Cambio y asegurarse de que los votantes de Bullrich apoyen a Larreta en las elecciones generales.
Además, en las PASO se resolverá el panorama del radicalismo, donde Juan Schiaretti y el Frente de Izquierda también buscarán posicionarse. Las elecciones primarias definirán los candidatos que competirán en las elecciones generales de octubre, en cargos nacionales, provinciales y municipales. El cambio de liderazgos y la conformación de alianzas políticas en Argentina se presentan como una trama compleja y determinante.