Tensiones entre La Cámpora y Kicillof ponen a prueba la relación con Cristina Kirchner

Las tensiones permanentes entre La Cámpora y el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, han puesto en el centro de la discusión la relación privilegiada que construyeron la expresidenta Cristina Kirchner y su exministro de Economía. Dentro del peronismo, las interpretaciones sobre la postura de Cristina ante los ataques camporistas hacia Kicillof o sus aliados están a la orden del día. Hay quienes creen que estos embates no podrían llevarse a cabo sin la autorización de Cristina, mientras que otros consideran que ocurren con su indiferencia o incluso a pesar de su resistencia.

Algunos dentro del peronismo creen que Cristina permite los embates camporistas contra Kicillof. “Siempre es con el ‘Ok’ de Cristina”, opina un exfuncionario de los gobiernos kirchneristas. En una línea similar, un dirigente bonaerense sugiere que la exmandataria está más activa en la política interna, hasta el punto de considerar un posible enfrentamiento entre los sectores, con Kicillof tratando de marcar una diferencia respecto a su mentora. Otros analistas del partido interpretan que las embestidas contra el gobernador son coordinadas desde el Instituto Patria y que Cristina no está dispuesta a ceder el control del PJ a Kicillof.

La postura de no ceder liderazgo, según algunas voces del peronismo, refleja un patrón visto anteriormente con figuras como Alberto Fernández y Daniel Scioli. “La posición de Cristina es la de no ceder el liderazgo. La cabeza es ella queriendo que su hijo la suceda en el liderazgo”, asegura un intendente que desconfía de la posibilidad de que Kicillof se independice.

Por otro lado, hay quienes sostienen que la relación entre Cristina y Kicillof sigue siendo fuerte y sin fisuras. “La relación con Cristina está intacta, con diálogo permanente casi a diario”, afirma una fuente cercana a Kicillof. Un jefe comunal, que mantiene buena relación tanto con la expresidenta como con el gobernador, también observa un vínculo sólido entre ambos. “El gesto de Axel yendo a Comodoro Py ha despejado dudas”, señala, refiriéndose al apoyo que Kicillof mostró a Cristina cuando declaró como víctima en la causa del atentado fallido en su contra.

A pesar de la aparente unidad, los enfrentamientos han persistido, especialmente después de que La Cámpora impulsara un proyecto para aumentar las indemnizaciones en la Legislatura bonaerense, algo que Kicillof ha resistido. Algunos dirigentes interpretan estos movimientos como un intento de “correr por izquierda” al gobernador. “Me cuesta pensar que estos pibes hagan eso sin un ‘dejar hacer’ de Cristina”, reflexiona un aliado de Kicillof.

Mientras tanto, algunos creen que la expresidenta ha optado por mantenerse al margen de estas disputas internas, lo que ha permitido que la situación se salga de control. “Ella dejó hacer y se le fue de las manos. Axel se empieza a ver como un dirigente post-Cristina”, comenta un intendente del conurbano. Aunque no se descarta la posibilidad de una interna, pocos creen que Kicillof llegue a romper con Cristina.

Finalmente, hay quienes dentro del kirchnerismo consideran que Cristina podría estar tratando de bloquear estas disputas internas. “Supongo que [las movidas de La Cámpora contra Kicillof] son a pesar de [Cristina], pero no lo puedo afirmar”, señala un dirigente bonaerense cercano al kirchnerismo.

Hace unos meses, la percepción dominante dentro del peronismo era la de Cristina como mediadora entre los intereses de La Cámpora y los de Kicillof. Hoy, esa visión ha perdido fuerza y ha dado lugar a interpretaciones de una conflictividad mayor.

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