La reciente reunión de la mesa chica del PRO, encabezada por Mauricio Macri, dejó en evidencia el malestar generalizado entre los asistentes, quienes manifestaron su frustración por promesas incumplidas. Durante el encuentro, que tuvo lugar en un centro de convenciones de la Ciudad, un participante expresó que “hoy estamos más para un no que para un sí”, reflejando el creciente desencanto por parte de los gobernadores e intendentes presentes.

Macri, con el trasfondo del torneo mundial de bridge que se celebra en el lugar, trató de esclarecer si Javier Milei y su círculo de decisión están dispuestos a avanzar en un acuerdo electoral para 2025. Sin embargo, voces del PRO indicaron que parece que el Gobierno no está interesado en colaborar. La inminente negociación sobre el Presupuesto 2025 se perfila como un factor determinante en la relación entre el PRO y La Libertad Avanza, con los mandatarios provinciales demandando compromisos claros respecto a fondos y deudas.

El ambiente en el PRO es de creciente impaciencia, y aunque la cúpula reconoce la necesidad de apoyar al Ejecutivo, no comprenden la lógica de un Gobierno que depende de su principal aliado en el Congreso y aún no ha ofrecido respuestas concretas. La tensión también se ha intensificado por el temor a perder el control sobre la Ciudad, un tema crucial para Macri, quien sigue de cerca la gestión local.

Mientras tanto, el ex presidente busca asegurar que cualquier acuerdo electoral podría influir positivamente en los mercados y en el rumbo del programa macroeconómico. A medida que las discusiones avanzan, se vislumbra un posible punto de inflexión en la relación entre el PRO y el Ejecutivo, que podría definir el futuro político de ambos sectores.