Tensiones en el oficialismo: Javier Milei impone su autoridad entre rendiciones, despidos y reacomodamientos políticos

El presidente Javier Milei demostró una vez más su estilo implacable en el manejo de conflictos internos, exigiendo decisiones rápidas y contundentes tanto en el Ejecutivo como en el Senado. En los últimos días, dos episodios marcaron su liderazgo: la “rendición incondicional” de la vicepresidenta Victoria Villarruel tras un incidente en la Cámara Alta y la destitución fulminante de Florencia Misrahi al frente de la AFIP.

Rendición en el Senado

Durante su regreso de un viaje a Roma, Milei pidió a su círculo más cercano -incluido su asesor Santiago Caputo, apodado “el Mago del Kremlin”- que gestionara la rendición de Villarruel tras la polémica sesión que expulsó al senador peronista Edgardo Kueider. La vicepresidenta finalmente cedió y dejó en claro su lealtad al proyecto libertario con un mensaje en redes sociales, aunque el tuit no logró disipar del todo la desconfianza del presidente.

Villarruel, quien en algún momento aspiró a controlar áreas estratégicas como Seguridad y Defensa, ahora enfrenta un distanciamiento político difícil de reparar. Las críticas internas hacia su figura se intensificaron tras comentarios desafortunados que restaron credibilidad a su liderazgo en el Senado.

Despido de Misrahi y nuevos nombramientos

El segundo episodio ocurrió en la AFIP, donde Milei reaccionó con furia al enterarse de modificaciones impulsadas por Florencia Misrahi que afectarían a streamers e influencers, considerados votantes clave del oficialismo. “¡La rajo yo!”, exclamó el mandatario, y ordenó no solo su despido, sino también el desplazamiento de dos colaboradores cercanos.

En su lugar, Andrés Vázquez fue designado titular de la DGI, mientras que Juan Pazo asumió la conducción de la AFIP. La movida fue impulsada por Luis Caputo, ministro de Economía, quien buscaba fortalecer su control en áreas estratégicas.

Cambios en la Ciudad de Buenos Aires y tensiones electorales

La turbulencia también alcanzó al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, donde Jorge Macri planea ajustes para enero. Diego Kravetz, tras diferencias con Waldo Wolff, pasó a ocupar un puesto clave como “número dos” de la SIDE, mientras que Néstor Grindetti dejará la Jefatura de Gabinete para asumir como secretario político con foco en relaciones interjurisdiccionales.

Estos movimientos ocurren en un contexto de reconfiguración política y estratégica de cara a un año electoral crucial, en el que se definirán alianzas con La Libertad Avanza y el futuro parlamentario del oficialismo.

Alberto Fernández, en su propia órbita

Mientras tanto, el expresidente Alberto Fernández sigue alejado del ruido político, ocupado en juicios y situaciones personales. Relajado, recibe visitas y se mantiene activo en redes sociales, ajeno al complejo panorama político que atraviesa el país.

La dinámica interna del oficialismo refleja la concentración de poder en la figura de Milei, pero también expone tensiones crecientes y desafíos en el horizonte electoral.

Tags

Compartir post