El fin de semana dejó otro capítulo en la interna del PRO, protagonizada por Mauricio Macri y Patricia Bullrich. Aunque ambos niegan públicamente la tensión, ésta existe y tiene efectos políticos palpables. El partido está dividido entre el macrismo, que busca distanciarse de La Libertad Avanza, y el bullrichismo, que actúa como oficialismo y pretende fusionarse con el espacio de Javier Milei.

El episodio más reciente que agitó las diferencias ocurrió cuando la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, despidió a Vicente Ventura Barreiro, quien era el segundo al mando en el Ministerio. Este exfuncionario es de confianza plena de Cristian Ritondo, alineado con Macri y distanciado de Bullrich. Según Bullrich, Ventura Barreiro intentó interferir en un proceso licitatorio de servicios de comida para el Servicio Penitenciario Federal (SPF), una compra millonaria que buscaba ampliar de 15 a 300 proveedores para romper “monopolios”.

Bullrich explicó que Ventura Barreiro se comunicó con el jefe del SPF, Fernando Martínez, para intervenir en una licitación y crear un “pliego a medida”, saltándose a Julián Curi, director del SPF, y a Martín Siracusa, secretario de Coordinación Administrativa, responsable de los procesos licitatorios. La ministra se enteró de la situación tras su regreso de un viaje a El Salvador, informada primero por Martínez y luego directamente por el propio Ventura Barreiro.

Hasta este incidente, Bullrich y su equipo valoraban el trabajo de Ventura Barreiro, quien había desempeñado funciones similares en Buenos Aires bajo la gestión de Diego Santilli y Marcelo D’Alessandro. Su despido ha sido interpretado por cercanos a Ritondo como una respuesta política a la interna del PRO, que se intensificó cuando Macri asumió la presidencia del partido para reordenarlo y evitar que Bullrich se lleve el sello hacia La Libertad Avanza como ofrenda a Milei.

Ritondo fue avalado por Macri para liderar el PRO en la provincia de Buenos Aires, lo cual generó fricciones con Daniela Reich, esposa del intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, ambos alineados con Bullrich. Para desplazar a Reich, Ritondo logró que la mayoría del Consejo Directivo del PRO bonaerense renunciara, generando una acefalía que permitió convocar a elecciones de nuevas autoridades, donde se espera que Ritondo asuma como presidente.

A pesar de la tensión, Bullrich insiste en que el despido de Ventura Barreiro no está relacionado con la interna del PRO. En paralelo, nombró a Alejandra Monteoliva como nueva secretaria de Seguridad, destacada por su experiencia en operativos contra las FARC en Colombia y su labor en seguridad en El Salvador y Honduras. Monteoliva asumirá sus funciones en medio de la búsqueda del niño desaparecido, Loan Danilo Peña, un caso que ha centrado la atención del Ministerio de Seguridad.

La interna en el PRO continúa escalando, con el macrismo analizando posibles movimientos para contrarrestar a Bullrich. La fecha prevista para que el partido elija al presidente de la Asamblea, órgano que define las alianzas electorales, es el 4 de julio. Aunque Bullrich había sido acordada para ese rol, el macrismo no descarta desplazarla, con nombres como Martín Yeza sonando para ocupar el puesto en caso de incumplir el pacto.

La disputa entre Macri y Bullrich avanza, no solo con palabras sino con acciones y maniobras políticas, mientras La Libertad Avanza observa atentamente los movimientos dentro del PRO.