Tensión en el conurbano: intendentes de Kicillof estallan contra Magario y Massa por excluirlos de la reelección indefinida

El Senado bonaerense aprobó esta semana un proyecto de ley que habilita la reelección indefinida de legisladores, concejales y consejeros escolares, pero excluye de ese beneficio a los intendentes. La votación, que terminó en un empate, fue definida por el voto de la vicegobernadora Verónica Magario, y desató un profundo malestar en el círculo de intendentes referenciados en Axel Kicillof, que ven en la decisión una jugada política orquestada por Sergio Massa y La Cámpora.

“Hay molestia”, admitió un jefe comunal del conurbano en diálogo con Letra P, en referencia al aval al proyecto del senador Luis Vivona, respaldado por el cristinismo, que se impuso sobre otra iniciativa impulsada por la senadora kicillofista Ayelén Durán. Para los intendentes, la exclusión de sus cargos en la reforma es vista como una afrenta directa a su poder territorial y una señal de fractura dentro del armado oficialista.

El descontento no se expresa públicamente, pero se propaga en conversaciones privadas y en los pasillos de la Legislatura. “Están todos recalientes”, aseguró una segunda fuente con llegada a los alcaldes. “Es un proyecto de Vivona con La Cámpora y lo termina votando Magario”, resumió.

Las críticas también alcanzan al líder del Frente Renovador, Sergio Massa, a quien muchos señalan como el verdadero arquitecto de la maniobra. “El que arma todo es Sergio, se los fuma en pipa a todos”, disparó otra fuente. En ese contexto, la actuación de la senadora massista Sofía Vanelli fue interpretada como parte de una jugada premeditada: al votar en contra, generó la paridad 22 a 22 que obligó a Magario a desempatar a favor del proyecto cuestionado.

Aunque algunos legisladores intentaron justificar la posición de la vicegobernadora argumentando que “no le quedó otra opción”, las tensiones internas quedaron al desnudo. El gobernador Axel Kicillof, en tanto, intenta contener el malestar mientras planifica reuniones con intendentes para reordenar el tablero político bonaerense.

Uno de los más vehementes en manifestar su rechazo fue Mario Secco, intendente de Ensenada y presidente del Frente Grande, alineado con el propio Kicillof. “Siempre estuve a favor de las reelecciones indefinidas para todos. Fui reelecto muchas veces y con porcentajes de votos muy altos. El limitador tiene que ser el pueblo o Dios”, sostuvo, y apuntó directamente contra los legisladores: “¿Quiénes son ellos para limitar a los intendentes? Si quieren, que reformen la Constitución”.

Secco también denunció la hipocresía del discurso oficialista: “¿Hablamos de proscripciones y quieren limitar las reelecciones? Es un doble discurso”.

La discusión sobre la continuidad de los intendentes no es nueva, pero el nuevo tratamiento del tema —sin incluirlos en los beneficios legislativos— reavivó un conflicto latente entre las distintas tribus del peronismo bonaerense. Mientras La Cámpora y el massismo intentan consolidar su hegemonía legislativa, los intendentes exigen el mismo trato que el resto de los cargos políticos.

El año electoral se anticipa tenso, y la interna peronista en la provincia de Buenos Aires parece más fracturada que nunca. La disputa por la reelección es solo la punta del iceberg de una pelea mayor: la de quién tendrá el verdadero control territorial del poder en la era poscristinista.

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