Telam: Cuando el Estado se Convierte en Botín Político

En la actualidad, la descomposición de las instituciones estatales se manifiesta como una realidad palpable, donde su uso y abuso con fines políticos, junto con prácticas patoteriles y discriminatorias, han transformado la maquinaria gubernamental en un instrumento disfuncional y distorsionado. Este deterioro afecta directamente la capacidad del Estado para cumplir su función primordial: resolver los problemas de la gente.

El Estado como Botín Político:

Cuando las instituciones del estado se convierten en un botín de caza para la militancia, se desvirtúa su propósito original. La maquinaria gubernamental, lejos de priorizar el bienestar ciudadano, se utiliza para favorecer a una fuerza política en detrimento de otra. Los recursos estatales son malversados con el objetivo de enriquecer a sectores políticos específicos o impulsar campañas electorales. Esto dilapida los recursos de la población y perpetúa en el poder a través de prácticas como la contratación de militantes y el despliegue de una maquinaria de choque.

Instrumentos de Manipulación:

Dos elementos clave contribuyen a esta descomposición: el uso de la fuerza política para contratar militantes y crear una fuerza de choque, y el manejo de recursos para influir en la opinión pública. La contratación masiva de militantes se traduce en una defensa férrea de los privilegios, restando espacio a un debate abierto y transparente sobre las políticas públicas.

Manipulación de la Información:

La manipulación de la información se convierte en una herramienta estratégica. La utilización de recursos estatales para controlar medios de comunicación y difundir un discurso único distorsiona la realidad y falsea cifras, como las de pobreza. La instrumentalización de instituciones como la Secretaría de la Mujer para imponer un discurso de género sesgado evidencia la desviación de su verdadero propósito.

El Caso de TELAM:

La Agencia TELAM, concebida para suministrar información imparcial, se transformó en un instrumento de propaganda oficial. La patotería se apoderó de sus instalaciones, silenciando a quienes no compartían la ideología dominante. Además, devino en una agencia de espionaje, exhibiendo la vida privada de aquellos considerados enemigos políticos.

La Desesperación Ante el Cambio:

El desmantelamiento de estas prácticas genera desesperación entre aquellos que perdieron sus privilegios. El cierre de instituciones manipuladas, como TELAM, revela el fin de una era marcada por recursos dilapidados, corrupción y sueldos desmedidos. Los mismos que hoy lamentan su cierre, son responsables de la decadencia, el atraso educativo y el saqueo de las arcas públicas.

El Caso de la Secretaría de la Mujer:

La instrumentalización de instituciones, como la Secretaría de la Mujer, destaca la falta de compromiso real con los problemas de género. En lugar de abordar cuestiones cruciales como la violencia y la discriminación, se utilizó como plataforma para imponer un discurso de género sesgado y discriminatorio, ignorando a muchas mujeres que padecen violencia y marginación.

Conclusión:

El actual gobierno de Mile ha expuesto la fragilidad del discurso que antes parecía imponerse. Mientras estos grupos gritan y critican, la realidad se encarga de desnudar la verdadera cara del deterioro institucional. Es un llamado a la reflexión sobre la importancia de reconstruir instituciones estatales imparciales y eficientes, lejos de la manipulación política y la corrupción que han caracterizado la era reciente.

Osvaldo González Iglesias – Editor – Escritor

Compartir post