En su primera visita oficial a Europa desde que asumió el poder, el presidente sirio Ahmad al Sharaa confirmó que su gobierno mantiene conversaciones indirectas con Israel para evitar una escalada del conflicto en la región. La declaración fue hecha durante una rueda de prensa conjunta con el presidente francés Emmanuel Macron en París, este 7 de mayo.
“Con respecto a las negociaciones con Israel, hay conversaciones indirectas a través de mediadores para calmar la situación y que no se salga de control”, afirmó Al Sharaa, sin precisar quiénes actúan como intermediarios.
La visita del mandatario sirio, que llega al poder tras la caída del régimen de Bashar al Assad en diciembre de 2024, marca un intento por restablecer vínculos con las potencias occidentales. Su gobierno, surgido de una ofensiva encabezada por el grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), ha generado preocupación internacional por el futuro de las minorías religiosas en Siria.
Macron busca romper el bloqueo europeo
Durante su encuentro en el Palacio del Elíseo, Macron expresó su intención de presionar a la Unión Europea y a Estados Unidos para que levanten las sanciones económicas impuestas a Siria, con el objetivo de reactivar su economía devastada. Asimismo, el presidente francés pidió mantener la presencia militar internacional en territorio sirio, alegando que los grupos yihadistas aún representan una amenaza para la estabilidad regional y europea.
La postura de Macron contrasta con la división interna que aún existe en la UE respecto a una normalización plena con el nuevo gobierno sirio. Aunque Bruselas ha empezado a flexibilizar algunas restricciones, levantando sanciones a sectores clave como energía, transporte y banca, varios estados miembros se muestran reticentes a avanzar más sin garantías de respeto a los derechos humanos y a las minorías.
Un país fracturado y un liderazgo bajo sospecha
La situación en Siria sigue siendo explosiva. Apenas una semana antes de la visita de Al Sharaa, se produjeron enfrentamientos entre fuerzas gubernamentales y combatientes drusos, que dejaron cerca de 100 muertos. Estos choques siguieron a un brote anterior de violencia sectaria en la región costera entre suníes y alauitas, con más de 1.000 muertos, en su mayoría civiles de la minoría alauita.
A pesar de haber prometido igualdad para todos los sirios, independientemente de su religión o etnia, el nuevo liderazgo de Al Sharaa aún no ha logrado disipar los temores entre cristianos, drusos y alauitas, quienes temen represalias y exclusión bajo un gobierno dominado por musulmanes sunitas.
Un conflicto con ecos globales
Mientras tanto, Israel permanece en silencio respecto a los contactos con Damasco. El gobierno israelí ha advertido que protegerá a la comunidad drusa de Siria y ha ejecutado ataques aéreos recientes contra milicias progubernamentales, a las que acusa de atacar a esa minoría. La tensión se ha incrementado con la advertencia de Tel Aviv a grupos islamistas para que no ingresen a zonas drusas.
En paralelo, Estados Unidos mantiene a HTS en su lista de organizaciones terroristas y aún no reconoce formalmente al nuevo gobierno sirio. Sin embargo, ha comenzado a aliviar algunas restricciones comerciales, mediante una licencia general del Tesoro para ciertas transacciones energéticas y financieras con Damasco.
El pasado vuelve a París
Uno de los temas más delicados para Francia es el futuro de sus ciudadanos radicalizados que viajaron a Siria para unirse al Estado Islámico. Cerca de 1.500 franceses habrían partido hacia territorio sirio, de los cuales al menos 120 permanecen detenidos en cárceles kurdas. Otros 300 continúan desaparecidos.
Uno de los casos más sensibles es el de la viuda de un terrorista implicado en los atentados contra Charlie Hebdo y un supermercado kosher en 2015, que aún se encuentra prófuga.