El desempeño de Sergio Massa como Ministro de Economía lo sitúa entre los peores funcionarios en la historia económica argentina, basado en sus resultados durante su casi año y medio de gestión. A pesar de sus promesas iniciales y los objetivos trazados al asumir en agosto de 2022, los indicadores económicos se han deteriorado de manera significativa, dejando a la economía al borde de la hiperinflación y a la mitad de la población sumida en la pobreza.
Cuando asumió su cargo, Massa delineó ejes estratégicos como el ordenamiento fiscal, el superávit comercial, el fortalecimiento de las reservas internacionales y el desarrollo con inclusión social. Sin embargo, tras 16 meses, los resultados han sido desalentadores.
El fracaso en la estabilización fiscal y el crecimiento de la inflación marcan un camino de inestabilidad. La tasa de inflación, que rondaba el 70% interanual al inicio de su gestión, ha escalado a más del 142% según el último reporte del INDEC en octubre de 2023. El déficit fiscal se ha mantenido en torno al 2,9% del PBI y los recortes no han logrado revertir la situación.
El intento por acumular reservas netas en el Banco Central también ha fallado. Las reservas, que iniciaron en US$ 2.300 millones, han descendido a un déficit de más de US$ 10.000 millones, reflejando un fracaso en el objetivo de fortalecimiento. Además, la gestión para mantener un balance comercial positivo ha resultado infructuosa, registrando nuevamente déficit en el segundo trimestre del año.
El aspecto más crítico ha sido el social: la pobreza que afectaba al 37% al inicio de su gestión ahora alcanza al 40% a nivel nacional y supera el 56% en niños menores de 14 años. Estas cifras, aunque actualmente son parciales, sugieren un deterioro en la calidad de vida de millones de personas, impactando en su futuro desarrollo.
A pesar de las promesas de relanzar sus iniciativas de cara al balotaje, los números reflejan un panorama desalentador en la economía argentina, señalando un período de gestión con escasos resultados positivos y un drástico empeoramiento en los indicadores económicos y sociales.