Debate y Convergencia

Segundo fracaso K en el intento de sacarle rédito al atentado a Cristina Fernández de Kirchner

“Cómo las encuestas le dieron pésimo, cambiaron abruptamente por la estrategia del diálogo para dividirnos y también les salió mal, por suerte no pegan una”, dice a MDZ con brutal sinceridad uno de los referentes de peso dentro del PRO. Obviamente se refiere a las dos estrategias que intentó el kirchnerismo para poder sacarle rédito al intento de atentado a Cristina Fernández de Kirchner.

Todo empezó en la madrugada del viernes 2 en el departamento de Recoleta cuando aún la vicepresidenta se reponía del impacto que le generó el atentado. Acompañada por Máximo Kirchner, Axel Kicillof, Eduardo Wado De Pedro y Mayra Mendoza decidieron jugar fuerte a la victimización pero buscando culpables en la oposición, la Justicia y fundamentalmente en el periodismo. El juego preferido del cristinismo de paladar negro.

“Esto es un parteaguas donde los discursos del odio van a quedar más aislados en términos políticos. En este momento de conmoción social va a surgir algo novedoso. Y Cristina puede capitalizarlo en términos emocionales-políticos. Hay algo milagroso en lo que le pasó”, repetían con exceso de optimismo y mucha expresión de deseo. Las primeras encuestas destrozaron el sueño del regreso a la Cristina amada e imbatible, lo que demuestra que los microclimas políticos siempre llevan a errores de cálculo y de estrategia.

El objetivo también apunta a mantener vigente la agresión a la vicepresidenta. Por eso ella se presentó ayer como querellante para poder tener acceso al expediente, que está bajo secreto de sumario por disposición de la jueza María Eugenia Capuchetti. En su entorno quieren poder vincular a “la banda de los copitos” con sectores de inteligencia con referentes opositores.

Según La Nación, Brenda Uliarte, la novia de 23 años de Fernando Sabag Montiel, habría sido quien en realidad planificó e instigó la tentativa de homicidio y que su amiga Agustina Díaz, de 21 años, detenida durante la madrugada de este martes, la habría ayudado a planificar el ataque y, después de cometido, a encubrirlo. Se va cerrando el círculo de las responsabilidades en este grupo.

Pese al impacto que recibieron al comprobar que en la opinión pública no se había movido el amperímetro y encima hay un sector mayoritario que pone en duda la veracidad del intento de atentado, en el entorno de Cristina pegaron rápidamente un volantazo y lanzaron la ofensiva del diálogo con Juntos por el Cambio. La apuesta fue fuerte ya que no solo exploraron voluntades entre los más dialoguistas, sino que se animaron a enviar mensajes a los “halcones”. Llegaron a lo impensado, intentar un acercamiento con el demonizado Mauricio Macri. 

En primera instancia, algunos dirigentes de la coalición opositora temieron que las “palomas” del PRO y algunos radicales se dejaran seducir por la utopía de la búsqueda de consensos y bajar los decibeles. “Algunos se tentaron como Gerardo Morales y Facundo Manes, pero finalmente nadie se comió el amague, a esta altura ya sabemos que no creen en el diálogo y cada vez que lo usan es con una doble intención”.

El fracaso era previsible ya que la mayoría de los dirigentes de JxC miran las mismas encuestas que el oficialismo y saben muy bien que su base electoral no quiere verlos negociar con el kirchnerismo. Además Patricia Bullrich se transformó en una especie de aduana que fija los límites respecto al oficialismo. “Ella ocupa ahora el rol que tuvo alguna vez Elisa Carrió, alinea a la coalición”, comentan en JxC. 

Además los gestos que transmitió el encargado de la negociación, Wado de Pedro, no se pudieron concretar porque la respuesta del PRO, la UCR y la Coalición Cívica fue que el único espacio es el Congreso. Pero sin entender la situación avanzaron con la misa kafkiana en Luján y el homenaje al centenario de Antonio Cafiero. Y el resultado fue un rotundo fracaso. 

Fuente: La Politica Online, Argentina.

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