El informe del Observatorio de la Deuda Social de la Argentina de la Universidad Católica (UCA) revela una triste realidad: el 61,6% de los niños en Argentina viven en pobreza monetaria, lo que equivale a 8,2 millones de menores. Además, más de 4,2 millones de menores padecen inseguridad alimentaria, lo que significa que tienen problemas para comer. Estos datos son alarmantes, especialmente porque la ayuda social ha aumentado significativamente en el último año, pero la pobreza en los niños no ha disminuido.

El informe también destaca casos extremos de pobreza infantil en algunas regiones del país, como el Gran Buenos Aires con un 57,4%, el NEA con un 57,1%, Cuyo con un 53,4% y el NOA con un 54%. La coordinadora de la investigación de la UCA, Ianina Tuñon, enfatiza que la ayuda social crece, especialmente en sectores medios, pero la pobreza no disminuye sustancialmente. Esto refleja una clase media cada vez más empobrecida, donde los niños son los más afectados, convirtiéndose en los nuevos pobres que aparecen.

La situación de inseguridad alimentaria también es preocupante, ya que más del 30% de los niños en Argentina padecen esta problemática en 2022, incluso después de que disminuyera tras la crisis social del COVID-19. Aunque la cobertura alimentaria directa e indirecta se ha incrementado, especialmente en las infancias de clase media baja que también han sido afectadas por la pobreza monetaria, aún queda mucho por hacer para garantizar que todos los niños tengan acceso a alimentos nutritivos y suficientes.