Las recientes elecciones en el sur van marcando un camino hacia las elecciones nacionales. Si bien las particularidades de estos lugares están sumidas en las características del territorio, su historia política e institucional, sus referentes históricos y como estos han actuado con su electores, sumado irremediablemente la cadena de favores que en ciertos territorios se pudo conformar por una telaraña de relaciones, contratos, beneficios, impunidades, etc, considerando como en muchos de estos lugares son designados los miembros de los distintos tribunales judiciales.
Salvando estos elementos, la economía afecta a todos. Si bien casualmente o no tanto, los trastornos económicos que padece gran parte de nuestra población motivan que la gente a veces tenga que apelar a recursos no convencionales (trabajar, estudiar, esforzarse). En caso que esta vía no sea posible, apela a su puntero político o referente barrial para acceder a un puesto público o algún beneficio circunstancial, provocando por este camino un grado de sometimiento y obediencia que se expresa el día del voto.
Por lo visto, las estructuras tradicionales están en crisis. Como en MPN, veremos qué pasa en las provincias del norte cuyas características institucionales tienen más que ver con un más afirmado sistema clientelista. Esto es lo que nos dan como referencia el hecho de que mientras más pobres más se mantienen el régimen que los empobrece. Miremos la Matanza, en el conurbano bonaerense, o en Formosa, Chaco, etc.
Quizás estemos viviendo una época de sorpresas. Quizás el viejo sistema se está derrumbando y se avecinen profundos cambios. Cuando mayor es la tolerancia, más bruscos son los cambios cuando de ellos depende la voluntad popular, hoy expresado en el voto y la movilización.
El Frente de Todos sabe de su próxima derrota, apabullante. Juntos por el Cambio aún tiene dudas, enfrascado en una disputa por la estrategia a seguir y por la definición de sus liderazgos. Larreta sobre actúa, su alianza con el radicalismo no le suma demasiados votos, fuera de algunos pocos referentes como el caso de Martin Lousteau, en la capital, casualmente en el distrito en donde el Pro no necesita votos, peor aún, entregar la ciudad al radicalismo cuando fue la cuna y es el sustento electoral del macrismo, suena temerario.
Javier Milei superó todas las expectativas, pero tiene un inconveniente visible ante el gran electorado. Sus discursos calan en los jóvenes, pero no cierran. No parece coherente ni viable. Además, tiene picos severos de agresión y cualquier atento profesional definiría esos picos de inestabilidad emocional, narcisismo y pasiones esquizoides. Si bien es una patología manifiesta en muchos políticos, no se puede negar que en él parecen fuera de control. Quizás eso sea lo que atrae a tantos jóvenes, su transparencia.
Es importante recordar que la política y la estrategia electoral son ámbitos complejos y muchas veces impredecibles. Es posible que Daniel Scioli esté aprovechando una oportunidad en un momento en el que no hay muchos candidatos disponibles en el Frente de Todos. Sin embargo, esto no necesariamente significa que esté dispuesto a hacer cualquier cosa para llegar al poder.
En cuanto a la idea de que alguien esté “aplicando las técnicas de Maquiavelo”, es importante tener en cuenta que Maquiavelo escribió su obra hace más de quinientos años, y que muchas de sus ideas son discutibles y controvertidas. Además, la política ha cambiado mucho desde entonces, y lo que funcionó en el Renacimiento italiano puede no ser efectivo hoy en día.
En cualquier caso, es importante que los políticos respeten las plataformas electorales y se comprometan a trabajar en beneficio de la población. La capacidad de gestión también es fundamental, ya que los ciudadanos esperan que los funcionarios públicos tomen decisiones responsables y eficaces para resolver los problemas del país.
Es importante reconocer que la recuperación de un país es un proceso que puede ser doloroso, pero también es cierto que puede ser una oportunidad para hacer cambios profundos y duraderos en beneficio de todos los ciudadanos.
En este sentido, es fundamental que los políticos y líderes tengan una visión a largo plazo y trabajen en función de ella, más allá de los intereses particulares y las coyunturas políticas. También es necesario que se incorpore a las masas desfavorecidas en la estructura productiva para generar una economía más inclusiva y sostenible.
Por último, es importante que los ciudadanos estén comprometidos con su país y exijan a sus líderes responsabilidad y transparencia en la gestión pública, y participen activamente en la construcción de una sociedad más justa y equitativa.
González Osvaldo Iglesias – Editor